Evo y las “estrategias imperiales”

evorio El ecologismo, un juicio parlamentario o una huelga policial: en el extraño imaginario de Evo Morales, cualquier cosa que le complique el camino al autoritario proyecto del ALBA puede ser vituperada como “estrategia imperial”.

Así parece, luego de escuchar al presidente Morales en la cumbre de Rio+20, donde se refirió en esos términos al ambientalismo, viejo compañero de ruta al que ahora hay que descalificar, dado que las protestas indoecologistas se han convertido en la piedra en el zapato para la expansión de la frontera cocalera al norte del Chapare.

De igual forma, el bloque chavista reacciona con miedo y ferocidad ante el juicio parlamentario contra el presidente paraguayo Fernando Lugo, un socio de bajo perfil de su alianza, denunciando un “golpe de Estado”.



El motivo para el proceso: la masacre de 11 indígenas a manos de fuerzas represivas enviadas por Lugo. Tanto para Morales como para Correa, que han tenido y tienen crecientes conflictos con sectores indígenas, se trata de evitar que se siente un (para ellos) peligroso precedente internacional.

Por último, el brote de disconformidad policial en Bolivia también puede ser motejado en cualquier momento como “conjura de la derecha” por el evismo.

Pero lo cierto es que la actual agitación en la fuerza pública no ha sido creada por otro actor que el gobierno del MAS, con su uso y abuso de la institución del orden para la represión política.

En todos los casos, los regímenes del ALBA están siendo víctimas de sus propios fantasmas: en distintas etapas de su proyecto, pretendieron usar al ecologismo, el indigenismo y las fuerzas represivas como herramientas en la edificación de su “orden nuevo”, perpetuo y ultra-caudillista.

Ahora, llega el momento de pagar la factura…

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