Mandela: país hambriento de grandeza

Iván Arias Durán

Quizá muchos han visto la película Invictus dirigida por Clint Eastwood que cuenta la historia del  equipo de rugby de Sudáfrica  que era percibido como un símbolo del Apartheid y la opresión. Por lo que el país esperaba que Mandela, a su llegada al poder, cambiaría el nombre y los colores del equipo. Sin embargo, no lo hizo. Mandela comprendió que el deporte podía ser un gran vínculo de unión para curar las profundas heridas tras tantos años de injusticia. Los que vimos la película podemos sacar poderosas lecciones de liderazgo a partir del accionar de Mandela:

1. Un líder se encarga de enfocar a todos en la misma dirección. El peligro de dirigir un equipo grande es que la gente piense que solo el líder puede cambiar las cosas. Sin embargo es necesario hacer ver que es imposible alcanzar grandes objetivos si hay uno solo que no da el máximo. Por eso Nelson, al principio de su mandato, se dirigió a su pueblo con las siguientes palabras: “No es momento para pequeñas venganzas. Es el momento de construir nuestra nación y lo haremos con cada ladrillo del que dispongamos, incluso si ese ladrillo viene envuelto en oro y verde. El país ha cambiado y nosotros tenemos que cambiar también. Es tiempo de olvidar el pasado, podemos ser un gran ejemplo para el mundo”.



2. Un líder nunca se esconde y busca solucionar los conflictos en lugar de evitarlos. El primer día que habló a su equipo de trabajo en Palacio de Gobierno, se dio cuenta que todos se iban pues estaban seguros que, al haber trabajado con el régimen anterior, el nuevo gobierno prescindiría de sus servicios. Por lo que atacó el problema directamente:”Si quieren irse, háganlo. Están en su derecho. Y si su corazón siente que no pueden trabajar con su nuevo gobierno, entonces es mejor que se vayan de  inmediato. Pero si están haciendo las maletas, porque temen que su idioma o el color de su piel o que el gobierno para el que ustedes trabajaron antes les descalifica para trabajar aquí, les pido que no tengan ese temor. Quédense!”. Un líder tiene que aparecer cuando la gente necesita ese liderazgo. Mandela sostiene que es mejor liderar desde atrás y poner a otros al frente, especialmente cuando celebras una victoria y cuando las cosas van bien. En cambio, debes tomar la primera línea cuando hay peligro. Es entonces cuando la gente apreciará tu liderazgo.

3. Un líder no puede tener miedo a la hora de tomar decisiones. Que apoye al equipo de rugby fue tomado como una traición, por aquellos que le habían apoyado. Cuando le preguntaron si estaba al corriente de las acusaciones y de la desilusión del pueblo se limitó a responder: "Sí, lo sé, pero en este caso la gente está equivocada. Y como su líder electo mi trabajo es hacerles ver esto." Cuando le advirtieron que, al apoyar a los Springboks, estaba arriesgando su futuro político como líder, respondió: "El día que tenga miedo a hacer esto será el día en que dejaré de estar preparado para liderar"

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4. Un líder inspira a través del ejemplo. Al hablar sobre liderazgo, Mandela coincide con François Pienaar, capitán de los Springboks, en que solo a través del ejemplo puedes transmitir la credibilidad y el carisma propios de un líder. “A la hora de inspirar, una imagen vale más que mil palabras”. Cuando le advirtieron que nadie tenía esperanzas en el equipo de rugby, ya que según los expertos no alcanzarían los cuartos de final, respondió: "de acuerdo a los expertos tú y yo todavía deberíamos estar en la cárcel."

5. Un líder es humilde y reconoce sus errores. Errar es humano y, por lo tanto, comprensible. Por lo que, reconocer los errores te ayudará a mantener la credibilidad delante de tu equipo. A Mandela le acusaron en una entrevista de, como era común entre la población de raza negra, apoyar a cualquier equipo que jugase contra los Springbox (símbolo del Apartheid). A esta acusación Mandela respondió:  "Si, pero, obviamente, esto ya no es cierto. Estoy detrás de los chicos al 100%. Después de todo, si no puedo cambiar cuando las circunstancias lo necesitan, como puedo esperar que otros lo hagan."

6. Un líder nunca se conforma con lo que ya se ha conseguido. La grandeza como líder de Mandela se plasmaba en su continúo inconformismo y exigencia. Como cuando le preguntaron si estaba satisfecho porque los Springboks hubieran alcanzado la final, lo que superaba todas las expectativas iniciales: "Eso no es suficiente, no ahora que estamos tan cerca. Este país está hambriento de grandeza."