Proceso. El ex canciller es acusado en el caso Gastos Reservados II. Fuentes de la Cancillería mexicana señalaron que esa instancia consideró inconsistentes y arbitrarios los argumentos del fiscal Suaznábar, asignado al caso.
México rechazó la solicitud de que Araníbar declare en Bolivia
Página Siete / La Paz
El ex canciller de la República de Bolivia Antonio Araníbar. Foto Opinión.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de México rechazó el exhorto suplicatorio enviado por el fiscal Harry Suaznábar que pretendía forzar al ex canciller Antonio Araníbar a que se traslade a Bolivia para declarar en el caso denominado Gastos Reservados II.
Fuentes de la Cancillería mexicana señalaron que ese ministerio consideró inconsistentes y arbitrarios los argumentos del fiscal Suaznábar en el caso y que Araníbar tiene derecho a permanecer en territorio mexicano y que goza de protección. Araníbar reside en la capital mexicana y se desempeña como embajador de la OEA ante ese país.
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El hijo el ex canciller, Antonio Araníbar Arze, confirmó la información a Página Siete y se declaró “satisfecho” por la misma. Dijo que el Estado mexicano evaluó las supuestas pruebas entregadas por Suaznábar y decretó que no tienen validez.
“La presunta prueba contra mi padre se basaba en unos recibos que él habría firmado al recibir montos de gastos reservados cuando era ministro en 1997. La Cancillería mexicana, al recibir las pruebas, pidió hacer un examen grafológico y este comprobó que no era la firma de mi padre”, dijo Araníbar Arze a Página Siete. “Por lo tanto, se rechazó el exhorto que hubiera obligado a mi padre a venir a Bolivia”, dijo.
Aunque el ex canciller no tiene estatus de asilado o refugiado, la decisión del Gobierno de México es similar a la asumida por Brasil en el caso del senador Róger Pinto.
A pedido de la Cancillería mexicana, el estudio grafológico lo realizó en México DF el perito Luis Cal y Mayor, quien concluyó que “la firma que se encuentra estampada (‘) en la copia fotostática del ‘Recibo de Caja’ no pertenece al puño y letra del señor Antonio José Araníbar Quiroga” en ninguno de los recibos.
Con base en ese reporte y a otros dos argumentos de la defensa de Araníbar es que la Cancillería mexicana rechazó el pedido del fiscal Suaznábar.
El otro es el hecho de que quien ha entregado las supuestas pruebas al fiscal es Víctor Hugo Canelas, ex viceministro del segundo Gobierno de Sánchez de Lozada, quien admitió haber recibido y entregado gastos reservados.
Por lo tanto, según las autoridades mexicanas, Canelas debería ser un imputado y no un testigo del caso. El tercer argumento es que, en caso de haber existido delito, éste hubiera prescrito ocho años después de ocurrir, es decir en 2005. La investigación de Suaznábar empezó en 2011.
Consultado sobre el caso por Página Siete, el fiscal dijo desconocer la decisión del Gobierno mexicano y, por tanto, declinó hacer declaraciones. Añadió que en cuanto tenga información oficial podrá emitir un criterio al respecto.
Como Gastos Reservados II se denomina el caso en el que supuestamente decenas de ex funcionarios públicos recibieron montos de esa partida estatal.
Entre ellos se encuentran el ex presidente del BCB, Juan Antonio Morales, quien tiene detención domiciliaria, y Saúl Lara, ex ministro de Gobierno.
Suaznábar los acusa de haber recibido distintos montos durante su participación como funcionarios en períodos anteriores a 2006, cuando llegó al poder Evo Morales. En el caso del ex canciller, denuncia que éste recibió 300 mil bolivianos.
La defensa de Juan Antonio Morales demostró documentación que, hasta antes de 2006, la partida de gastos reservados era legal y estaba presupuestada y administrada por el entonces Ministerio de Hacienda.
Sobre la orden de aprehensión
El fiscal Harry Suaznábar expidió la orden de aprehensión el 1 de agosto de 2011, el mismo día en que Antonio Araníbar debía participar en una reunión de ex cancilleres en Bolivia para analizar, junto al Presidente, el tema del mar.
El ex canciller asistió en junio del año pasado a una reunión con sus ex colegas en La Paz, pero para la segunda no pudo conseguir combinaciones aéreas. Él no sabía de la orden de aprehensión.