Cuando parecía que el partido se encaminaba al empate en cero, apareció Petr Jiracek y puso el 1-0 que pone a su equipo en los cuartos de final y elimina a los locales y a Rusia.
A los polacos, que lograron dos empates (ante Grecia y Rusia, ambos 1-1), se les acabó el crédito y ahora estaban obligados a sumar tres puntos para seguir estirando la fiesta futbolística en las calles de su país.
Enfrente también estaban los checos, resucitados con la victoria 2-1 ante Grecia en la segunda fecha, después de un debut frustrante contra los rusos (4-1). Ese triunfo les dio aire y les permite sacar la calculadora para pensar sus chances de pasar a cuartos con algo más que no sea victoria.
Si República Checa empata, necesitará que los rusos ganen o empaten, o que los helenos goleen a los actuales líderes de la clasificación por más de seis goles. Algo poco probable esto último. Desde que los checos se separaron de Eslovaquia, que formó un país independiente, nunca perdieron ante los polacos.
El último antecedente marca una victoria de República Checa, en Praga, por las eliminatorias mundialistas, hace tres años.
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Fuente: Bolivisión, Infobae
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