Marchistas exigen diálogo con Evo Morales y rechazan a la oficialista Conisur. Se quedarán en La Paz hasta obtener una respuesta positiva a sus 9 demandas, cuyo punto central es la anulación de la Ley 222 de Consulta por la carretera, cuya construcción dividirá el territorio indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure.
Protesta. El exdirigente de la Cidob, Marcial Fabricano, en el ingreso a la ciudad por Villa Fátima. Foto La Razón
“Tipnis o muerte, carajo”
Conflicto. Los indígenas ya piensan en un proceso de cambio más allá de 2014. La dirigencia de la marcha ratifica su permanencia en La Paz hasta obtener una respuesta positiva
La Paz, El Deber
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Los indígenas de tierras bajas se sienten ‘indígenas de segunda’ a los que no se los deja entrar a la plaza Murillo, por ello han comenzado a pensar en un proceso de cambio más allá de 2014, más allá de Evo Morales.
La plaza mayor de San Francisco fue el escenario de la concentración de los marchistas luego de ingresar a la ciudad de La Paz y allí se comenzó a dibujar un proyecto político propio que, enmarcado en el proceso de cambio, intentará remplazar al Gobierno de Evo Morales en 2014.
En ese contexto, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, hizo solo de anfitrión de una fiesta en la que hubo misa, música, baile y muchos discursos con los que los indígenas de tierras bajas y altas amenazan con alcanzar la madurez e identidad política propia. “El Tipnis es la casa de todos los bolivianos y La Paz es la casa de los del Tipnis”, dijo Revilla, a modo de bienvenida.
Luego vino una misa pedida por los marchistas. El monseñor Edmundo Abastoflor, obispo de La Paz, dijo: “Los admiro porque no han querido buscar confrontación. Eso es de gente racional. Ahora nos duele y lamentamos que haya habido una confrontación allá arriba”, dijo, en alusión a la gasificación sufrida al intentar ingresar a la plaza Murillo.
Saludo. Pobladores paceños vitorearon el paso de los marchistas por las calles de la sede de Gobierno, Ayer llegaron a La Paz, luego de 62 días de caminata. Foto Efe
Bertha Bejarano recordó que los indígenas habían sufrido humillaciones y desprestigio solo por decirle al presidente que así no se gobierna. “Pese a la campaña millonaria que ha hecho el Gobierno con los recursos de todos los bolivianos en contra del parque nacional Isiboro Sécure, hemos vencido, hermanos”, dijo Bejarano y luego acotó: “La marcha no se va de La Paz hasta que nuestras demandas sean atendidas”.
Pero el que comenzó a dibujar un proceso de cambio sin Evo Morales fue Adolfo Chávez. El presidente de la Cidob aseguró que Bolivia tienen una nueva Constitución a costilla de los pueblos indígenas y que ahora el Gobierno se abandera con ella. Le recordó al vicepresidente Álvaro García Linera, que él lo llamó para cercar Santa Cruz y aseguró que por ese mal manejo se fueron alejando del Gobierno.
“Necesitamos de un Gobierno que se fíe del pasado pero sin revanchismo. Ojalá que Dios nos escuche y que se acabe esta pesadilla, en la que el Gobierno humilla, enjuicia y persigue a cualquier ciudadano que piense distinto”, argumentó Chávez.
Pero fue Fernando Vargas, presidente de la Subcentral Tipnis, el que terminó de configurar las ideas. El dirigente aseguró que el Evo Morales ha creado indígenas de primera y de segunda. “Lo invitamos a reflexionar, a sentarse a dialogar y resolver nuestros nueve puntos. Tipnis o muerte, carajo y aquí nos quedamos”, cocluyó Vargas.
El Gobierno insiste con sus errores
Gustavo Pedraza / Analista político
Mi primera impresión es que se confirma que el conflicto del Tipnis ha dejado de ser sectorial para ser un problema nacional, por el recibimiento masivo multitudinario que recibió la marcha.
La segunda es que el Gobierno se equivocó una vez más en la gestión de este conflicto, porque pese a todas las acciones que ha ejecutado al tratar de impedir la marcha -al promover la cooptación de dirigentes y la división de la Cidob- la movilización llegó y convocó nuevamente a la solidaridad y apoyo de la población paceña y boliviana.
Una tercera certeza es que no hay en curso una salida a este conflicto, porque el Gobierno sigue organizando la consulta en el Tipnis, pese a que la ciudadanía pide la abrogación de la ley de consulta. El Gobierno debería replantear su estrategia para abordar el conflicto y resolverlo.
Una cuarta impresión es que el Gobierno está demostrando su desesperación. El conflicto con la Policía contaminó el ambiente político con una sensación de violencia cercana que asustó al Gobierno y la llegada de la marcha lo indujo a afirmar que había un golpe de Estado en proceso, que fue una magnificación del escenario político. El Gobierno construyó, artificialmente, una especie de amenaza contra el mandato de Evo Morales, pero no presentó ninguna evidencia del supuesto peligro.
Para redondear todo, creo que la lección política del día es esencialmente para el Gobierno. Por un lado, una marcha de sectores sociales de apoyo al presidente Morales y por el otro una marcha de indígenas de tierras bajas interpelando al Estado y pidiendo protección de sus derechos. La primera con un lenguaje agresivo y violento. La otra, con un lenguaje distinto, pacífico y humilde.
Todo esto da la seguridad de que hay diferencias en la visión del poder. Es una oportunidad para que el Gobierno pueda replantear su modelo de gestión de poder. El método elegido por los gobernantes de turno no va a lograr resultados positivos. Me parece que su actitud lo llevará a profundizar su error, a desgastar energías y a pagar costos políticos futuros.
LAS FRASES
«El Tipnis es la casa de todos los bolivianos y La Paz es la casa de los del Tipnis»
Luis Revilla | Alcalde paceño
«Los admiro porque no han querido buscar confrontación. Eso es de gente racional»
Edmundo Abastoflor| Obispo
«El Gobierno humilla, enjuicia y persigue a cualquier ciudadano que piense distinto»
Adolfo Chávez | Cidob
Marchistas exigen diálogo con Morales y rechazan al Conisur
La IX marcha ingresó a La Paz y sus dirigentes exigen dialogar con el presidente Evo Morales para resolver su plataforma de nueve demandas, cuyo punto central es la anulación de la Ley 222 de Consulta. Otra condición que plantean es que en los encuentros no participe el Conisur.
Llegada. Una paceña besa a un marchista en traje de machetero. Un animado cordón humano acompañó a la columna hasta el centro.
Como medida de presión para abrir el diálogo, horas después de recorrer calles y avenidas de la ciudad, un grupo de los caminantes inició una vigilia en el atrio de la plaza San Francisco. La presidenta del comité de movilización, Bertha Bejarano, ratificó que permanecerán en La Paz hasta que sus demandas sean atendidas.
Fue una jornada de marchas en La Paz, pues otra movilización de organizaciones sociales en defensa del denominado proceso de cambio también recorrió calles y avenidas, desde El Alto hasta la plaza Villarroel.
“Tendrá que ser él (Evo Morales) quien dialogue con nosotros”, dijo otro dirigente, Fernando Vargas, quien reclama que el Jefe del Estado hubiera promulgado la Ley 222 de Consulta estando vigente la Ley 180 de Protección del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), el año pasado. Vargas habló en San Francisco en un acto de bienvenida organizado por la Alcaldía y la Asamblea de la Paceñidad.
Vargas descartó sentarse a la mesa del diálogo con dirigentes del Consejo Indígena del Sur (Conisur) que se movilizaron para pedir al Gobierno la Ley 222. La IX marcha demanda la anulación de esa ley y que no se construya la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por el TIPNIS.
La caminata salió el 27 de abril de Trinidad, Beni, y completó su recorrido tras 62 días. La marcha intentó ingresar a la plaza Murillo, pero un fuerte resguardo policial se lo impidió. Los indígenas rodearon la plaza y en las calles Potosí y Ayacucho, e Ingavi y Yanacocha hubo amagos de enfrentamiento con la Policía.
Recibimiento. Finalmente, caminaron hacia San Francisco, donde fueron recibidos por el alcalde de La Paz, Luis Revilla, que sobre el escenario montado para la ocasión comprometió su apoyo y ayuda. Por su lado, el arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor, celebró una misa.
“Estamos instalando una vigilia hasta que el Gobierno nos atienda. Nos quedaremos en la plaza San Francisco”, aseguró el coordinador de la marcha, Leandro Candapeí. Decenas de personas se sumaron y solidarizaron con la movilización que reclama respeto al parque TIPNIS.
Candapeí informó que los hombres de la marcha harán vigilia en San Francisco, mientras que las mujeres y niños se albergarán en el coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Ayer, alrededor de 1.500 indígenas ingresaron a La Paz. En el mismo acto, el presidente de la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Adolfo Chávez, planteó un voto castigo para Morales en las elecciones de 2014 por “dividir” a los indígenas y gobernar “sin escucharlos”.
Marcha pro gobierno
Indígenas
Desde El Alto marcharon ayer decenas de organizaciones indígenas en defensa del proceso de cambio. En la plaza Villarroel estuvieron a sólo una cuadra de la movilización por el TIPNIS.
La Policía gasificó a los dirigentes de la marcha
Efectivos policiales rociaron gas pimienta al rostro de al menos cuatro dirigentes de la IX marcha durante un forcejeo con los uniformados en la esquina de las calles Ingavi y Ayacucho. Los indígenas intentaban rebasar el cerco policial para ingresar a la plaza Murillo. Bertha Bejarano, presidenta del comité de movilización, y la indígena Aidé Ortiz fueron las más afectadas.
“Me han golpeado. Quisiera que el Presidente venga en persona acá y no mandar a estos pobres policías”, declaró Ortiz. Bejarano, con el rostro pálido y los ojos llorosos, fue separada del grupo durante al menos diez minutos hasta que se recuperó. El efecto del gas alcanzó a una treintena de personas cuya primera reacción fue retroceder, sin percatarse que atrás había mujeres y niños.
Otro afectado fue el presidente de la Subcentral del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), Fernando Vargas. “La Policía obedece órdenes. Nos vamos a San Francisco, no podemos poner en riesgo a los niños con los gases”, dijo. Mientras tanto, una multitud coreaba estribillos contra la Policía. “¡Vendidos por 100 bolivianos!”, decían levantando billetes de ese valor.
Indígenas recibieron la solidaridad paceña
El frío de Urujara fue aplacado con el calor de la población paceña que ayer salió a recibir a la IX marcha indígena en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Niños, adolescentes, hombres y mujeres afines a sus demandas aplaudieron el paso de la movilización en su recorrido hasta la Plaza Mayor de San Francisco.
“Conisur (Consejo Indígena del Sur) no es del TIPNIS”, “El TIPNIS mantiene el equilibrio climático”, “¡Fuerza hermanos del TIPNIS!”, fueron algunas leyendas escritas en pancartas en apoyo a los indígenas, que salieron el 27 de abril de la ciudad de Trinidad, Beni, con dirección a La Paz.
La IX marcha comenzó su descenso hacia el centro a las 10.35. Fueron más de cinco horas de caminata hasta su meta. En Urujara, en donde la columna se instaló por dos días a la espera de una solución al conflicto por la demanda salarial de la Policía, el frío había obligado a los caminantes a ponerse bastante ropa abrigada.
El jesuita Xavier Albó dio la bendición a la marcha y la presidenta del comité de movilización, Bertha Bejarano, pidió a las madres cuidar a sus niños. Al llegar a Villa Fátima, cocaleros de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) insultaron a los caminantes, aunque no hubo mayores incidentes.
Informados sobre el recorrido de otra columna, afín al Gobierno y que iba rumbo a la plaza Villarroel (por la que debía pasar la IX marcha), la del TIPNIS decidió cambiar su ruta prevista.
Los niños fueron los más mimados. La gente les regalaba galletas, jugos y juguetes. Los efectivos de la Patrulla de Auxilio Ciudadano (PAC), a la altura del puente Minasa, les invitaron agua. El calor de la gente se hizo sentir en todo el recorrido. De Trinidad a La Paz, la marcha estuvo marcada por denuncias contra sus dirigentes y un accidente de carretera que cobró la vida de dos hermanos.
IX marcha se queda en La Paz hasta resolver sus demandas
Ayer llegaron a la sede de Gobierno, luego de 62 días de caminata.
PEDIDO. Los dirigentes emplazan al presidente Morales a que sea “sabio” y los escuche. El Gobierno sólo les quiere explicar cómo realizará la consulta “previa” en el TIPNIS.
Página Siete / La Paz – 28/06/2012
Miles de paceños salieron ayer a las calles para recibir y proteger la IX marcha indígena que llegó a La Paz. El Gobierno no convocó a ninguna reunión para discutir la plataforma del sector, que según sus dirigentes no abandonará la urbe paceña mientras no se resuelvan sus nueve demandas.
La marcha que inició su último tramo desde la tranca de Urujara pide respeto al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), la anulación de la Ley 222 de consulta “previa”, entre otros puntos. Los indígenas tuvieron que cambiar su ruta para evitar choques con dos contramarchas convocadas por el oficialismo.
Estuvo custodiada por columnas humanas, que protegieron a los originarios de posibles represalias hasta que llegaron a la plaza Mayor, donde encabezaron un masivo mitin para exigir una reunión con el Ejecutivo.
“Esta marcha no se va a mover de La Paz mientras no se dialoguen punto por punto nuestras demandas. Morir antes que esclavos vivir”, dijo a voz en cuello la presidenta del Comité de Marcha, Bertha Bejarano. El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), Adolfo Chávez, dijo que “si el Gobierno es sabio, va a escuchar atentamente los pedidos que tenemos”, en relación a sus nueve demandas.
Le recordó al Ejecutivo que hace tres años exigía a los indígenas sitiar ciudades y pidió, en relación a las futuras elecciones generales, “que pase esta pesadilla el 2014”.
“No nos vamos a mover de acá hasta que no se resuelvan los nueve puntos. TIPNIS o muerte. Aquí nos quedamos hasta resolver los problemas”, dijo el presidente de la Subcentral del TIPNIS, Fernando Vargas.
El diputado Pedro Nuni pidió a la población que no los abandone hasta que las autoridades atiendan sus demandas.
La Iglesia Católica dio la bienvenida a los marchistas del TIPNIS con una misa presidida por el arzobispo de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor.
Desde antes del inicio de la IX marcha, el Gobierno no agendó ni una sola reunión con el sector movilizado. De las cinco veces que los indígenas le pidieron respuesta para su plataforma, sólo una contestó de forma escrita.
En marzo la CIDOB invitó al Presidente a una reunión en la población de Gundonovia, pero el Mandatario se negó a ir porque aseguraba tener otras obligaciones. Tras iniciarse la marcha se invitó al Gobierno a Chaparina, Caranavi y Urujara, lugares a donde tampoco asistió.
Ayer, el vicepresidente Álvaro García Linera manifestó que el Gobierno aguarda que la marcha defina los temas y los interlocutores antes de un diálogo.
La ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, dijo que el Ejecutivo está dispuesto a un diálogo, no para debatir sus demandas, sino para “profundizar la explicación de los alcances y beneficios del proceso de consulta”, que definirá la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por ese parque nacional.
Bailó tras marchar durante 2 meses
Luis César Opi Aguirre (23 años) tiene ojos verdes y orgullo de ser mojeño trinitario. Tras dos meses de marcha, ingresó a La Paz bailando la danza de los macheteros, sin evidenciar agotamiento: “así somos los trinitarios, nunca nos cansamos”. Caminó junto a su mujer y su bebé con un objetivo que lo impulsó esos 700 kilómetros: “que el Gobierno ablande”.
Marcha por ser libre y solitario
Benito Roma abrió paso a la marcha con los brazos elevados sosteniendo su vara de autoridad de una comunidad de Tapacarí. No necesitaba hablar, la multitud obedecía. “Nos faltó agua y hubo poca comida, casi sólo fideo. No se pudo cubrir más, era aporte de la voluntad. Luego, la población ayudó”, dijo. Estima que estarán al menos 15 días en La Paz.