Polémico. Sus seguidores presentaron un video que reivindica la figura del dictador.
Institución del orden tuvo que evacuar a los asistentes al acto
La Razón / EFE / Santiago
Una escasa asistencia de público y violencia en las calles ribetearon ayer en Santiago un homenaje al fallecido dictador Augusto Pinochet, en una jornada que culminó con un número aún indeterminado de heridos y detenidos, y cuantiosos daños materiales.
Unas 1.200 personas respondieron a la convocatoria de la Corporación “Once de septiembre” para homenajear al exgobernante y mostrar el documental Pinochet que, según los organizadores, muestra “la verdad” sobre la figura y obra de quien consideran el mejor presidente de Chile.
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Mientras transcurría el acto, el entorno del céntrico teatro Caupolicán, donde tuvo lugar, se cubrió de gases lacrimógenos, chorros de agua y gritos de rabia, cuando los detractores del dictador fueron contenidos por la Policía para que no se aproximaran al recinto. Entre los manifestantes hubo grupos de encapuchados que se dedicaron a destruir bienes urbanos, a agredir a transeúntes y a la Policía, y que también causaron graves destrozos en un local de venta de automóviles y en los propios vehículos en exhibición.
Los enfrentamientos comenzaron antes del inicio del acto y culminaron una vez terminado, sin que faltaran, pese a los esfuerzos policiales por evitarlo, los conatos directos entre partidarios y detractores de Pinochet.
Los asistentes al teatro, equivalentes a una quinta parte de la capacidad del recinto, fueron evacuados en autobuses resguardados por la Policía, tras haber visto el documental, de más de dos horas de duración, y haber escuchado algunos discursos.