Cardenal de Bolivia: La Iglesia denunció siempre los abusos del poder

Julio Terrazas Sandoval: “la Iglesia no es un instrumento de apoyo a un partido”. Tipnis: “no se puede hablar hoy de consulta previa, cuando lo previo debió haber sido antes”.

CARDENAL BOLIVIANO

«Mi misión ha sido humanizar la crueldad»

El cardenal dice que la Iglesia denunció siempre los abusos del poder.



imageJulio Terrazas Sandoval. El máximo líder de la Iglesia católica en el país cumple mañana 50 años de vida sacerdotal. Se ha destacado por su espíritu inquebrantable en busca de justicia.

El Deber, Santa Cruz

– ¿Qué significa para usted cumplir 50 años de sacerdocio?

-Quiero resaltar el privilegio y la bendición del Señor por estos 50 años que me ha tocado vivir al servicio de la Iglesia y del país. 50 años encierran un sinnúmero de aspectos históricos. Nos han tocado las tempestades de los tiempos de dictaduras militares, nos ha tocado la frialdad del proceso neoliberal, pero la Iglesia está siempre con un mensaje claro, un mensaje de Cristo que ilumina y ayuda y que no nos permite dormir en nuestros laureles, que siempre es una invitación a ir adelante, a no encerrarnos en nuestras propias búsquedas, sino a buscar el desafío de los cristianos: el reino de Dios.

– ¿Cómo evalúa la fe católica en estos 50 años de sacerdocio?

– Creo que en estos 50 años me ha tocado ser testigo del salto cualitativo y mayor fe que ha tenido la Iglesia católica por el Concilio Vaticano II (sentó las bases para la renovación de la Iglesia frente al mundo moderno). En Bolivia la aplicación de esto ha sido rápida, se han formado las comunidades de base y los movimientos apostólicos; se ha intensificado la enseñanza en escuelas y lugares de trabajo. Creo que se ha hecho una iglesia más dinámica. Yo veo una iglesia que ha dado saltos extraordinarios para vivir todo lo que el concilio nos pide, pero también nos hace más comprensivos en cuanto a las libertades.

– ¿Cuáles han sido sus momentos cumbre y los más difíciles?

-A lo largo de la historia hay de todo, hay aspectos muy positivos aún en medio de las  grandes dificultades. Cuando hay dificultades u oposiciones es difícil que nosotros dejemos a nuestros fieles en una especie de incertidumbre, al contrario, se despierta más el entusiasmo. Eso lo he podido vivir últimamente en Santa Cruz, donde el deseo de manifestar la identidad propia ha crecido y pensamos que Santa Cruz no necesita ningún decreto o ley para que sea creyente.

– ¿Como recibió el nombramiento como cardenal?

– Bueno, eso fue más para Iglesia. Eso es algo que anima o que lo pone a uno en sintonía con la Iglesia, pero también tiene sus responsabilidades. El asesorar al santo padre en los problemas mundiales de la Iglesia no es un trabajo fácil, pero de una u otra manera lo hacemos, ya sea a través de la Internet o en reuniones en Roma. También  está el compromiso de defensa a la Iglesia y al santo padre.

-¿Cuáles son los desafíos de la Iglesia?

-En Bolivia las expresiones de fe son diferenciadas porque responden a motivos culturales. En estos 50 años nos ha tocado estar humanizando la crueldad de las tiranías. Hemos dado alojamiento, hemos escondido a mucha gente y los hemos ayudado a salir. Muchos de ellos están hoy dando la vuelta a la historia, muchos de ellos están presentes en este nuevo proceso en Bolivia. La Iglesia siempre ha respondido, su papel es humanizar la crueldad. En Oruro, por ejemplo, cuando despidieron a unos 30.000 obreros, era importantísimo que la Iglesia, a través de su pastor, pudiera tomar una opción clara de defensa de la dignidad humana, que no debían ser echados sin una justa compensación. Así lo hicimos.

– Como líder de la Iglesia, ¿qué le preocupa más en estos momentos del país?

– Creo que es importante que el país capte que este momento es histórico e irrepetible y que hay que aprovecharlo para avanzar, no para formar otra vez los mismos cuadros que encierran revanchismo. Creo que es el espacio de apertura, quién no va estar contento de ver a miles y miles de hermanos nativos haciendo escuchar su voz, quién no va a estar contento de que se vaya forjando un bienestar. Lo que a nosotros nos toca decir es que eso sea para todos y sea en respeto también a la naturaleza. De ahí que nuestra palabra de apoyo a todo lo que es la creación no es una cuestión de coyuntura, es una cuestión que nosotros la traemos por compromiso de fe y lo seguiremos defendiendo y haciendo que quienes tienen esas inquietudes no vayan a decaer en sus conquistas.

– ¿Cuáles son los planes del cardenal tomando en cuenta que, según las encuestas, usted podría ser el único hombre que le haga frente a Evo Morales? ¿Usted sería candidato a la Presidencia?

– A mis 77 años sería un iluso. Además, ni se me ha ocurrido en estos 50 años de sacerdocio querer ocupar un puesto político. Lo que manda el derecho canónico, que cuando se llega a los 75 años hay que presentar la renuncia, esto ya lo hemos hecho hace dos años, pero si no la han aceptado será porque todavía el mayor de todos va a seguir adelante un tiempo más.

– El Gobierno ha tomado a la Iglesia como enemiga ¿Es el momento más difícil de la Iglesia desde que está en el sacerdocio?

-Si este fuera el único momento en que se nos ha dicho eso, estaríamos preocupados, pero todos (los gobiernos) nos han dicho eso. En 50 años de historia que llevo siempre nos han dicho que la Iglesia es enemiga, pero es porque nosotros tenemos un lenguaje de humanismo, no aplaudimos la violencia ni la persecución y no podemos aplaudir la manipulación de las leyes. Tenemos que ayudar a que se dignifique la política para el servicio del país, no porque nosotros queramos ocupar el puesto de los líderes políticos, sino porque es nuestra misión espiritual.

– ¿Por qué se critica al Gobierno?

-No es al Gobierno al que se critica, en un diálogo que yo tuve con el presidente fui bastante claro: la Iglesia no es un instrumento de apoyo a un partido, pero será siempre la que ayude a avanzar en las cosas que sean buenas para todos. Creo que el socialismo debe tener esa función para no tener que repetir la historia en la que siempre han sido unos cuantos los que se ven favorecidos. No hay ninguna intencionalidad de molestar solo al Gobierno. Muchas veces mis pláticas van también a los problemas y a grupos locales, o sea, que es la palabra que se lanza y si hay buen terreno, caerá y producirá frutos, pero si el terreno es malo, no vamos a tener la dicha de tener frutos.

– El presidente confesó ser católico, pero dijo que está decepcionado de la Iglesia católica.

– Bueno, el que se haga esas expresiones, a veces, a la ligera y sobre todo de boca de los responsables del país puede aparecer como un drama tremendo. La Iglesia no nace para apoyar a un proyecto político, pero si ese proyecto es en bien de las mayorías, adelante. Vuelvo a decir, nuestra preocupación es que esto no sea un nuevo espacio de corrupción, de estar siempre peleados entre nosotros. Pero, no va por ahí la alegría de cumplir 50 años, sino ver que a pesar de que los católicos estemos reducidos por los actores que conocen, hay mayor convicción.

– Se ha destapado un nuevo caso de corrupción en el país y el vicepresidente ha dicho que ni el Vaticano está libre de corrupción, ¿cómo ve esto?

– Como ligereza porque no le han preguntado qué pasa en el Vaticano, le han preguntado qué pasa acá. Es muy ligero decir igual hay corrupción en el Vaticano. Hay también problemas, por supuesto, pero sería bueno seguir la noticia. La ley está en vigencia para todos, especialmente para aquellos que se han aprovechado del lugar en que se encontraban.

– La Iglesia universal ha perdido católicos y Bolivia tampoco es la excepción.

– Si tomamos el espíritu de la conferencia episcopal de Aparecida (Brasil), es una constatación de que en muchos espacios ha retrocedido el número de católicos, pero también expresamos nuestra alegría de respetar su conciencia y de saber que si somos leales al mensaje del Señor seremos diferentes pero como hermanos.

– En sus homilías usted habla de lo verdadero y lo falso, de la vida y la muerte ¿qué significan estas palabras para el cardenal?

– Los verdaderos cristianos son los que tienen a Cristo como su señor y salvador, no pueden buscarse a otro señor porque si lo hacen caen en una falsedad de fe. Lo otro, creo que es un derecho fundamental del ser humano, la vida, sin vida no hay otros derechos, los cadáveres no tienen derecho a pensar solos o caminar donde quieren. La vida es el fundamento porque Jesús vino para que la vida sea abundante. Cuando hablo de signos de muerte no solo me refiero a la violencia y a la persecución, sino también a la inseguridad en nuestro ambiente. Son signos de muerte que se multiplican a diario, donde se mata, se viola, se hace cualquier cosa sin importar si se trata de niños, jóvenes o ancianos.

– Hablando del Tipnis, ¿le preocupa lo que pueda ocurrir ante la resistencia que hay en los indígenas y la insistencia del Gobierno?

– Sería fatal si ahora, a mis 50 años, no me preocupara. Me ha preocupado desde que fui ordenado. El respeto a los otros, la capacidad de perdón y de reconciliación, la capacidad de encontrarnos a pesar de las diferencias y, sobre todo, la capacidad de hacer que la creación no sea para algunos, sino más bien que se proyecte como elemento de vida para otras generaciones. Por supuesto que nos preocupa si esto termina en violencia entre hermanos, hacemos votos para que no sea así. Tenemos que buscar los caminos de encuentro que nos saquen de la confusión en la que nos colocan algunos. Al diálogo lo pueden archivar un tiempo, pero no pueden tener eternamente al pueblo sin un diálogo coherente. No se facilita mucho decir que aquellos que se oponen serán penalizados, eso complica más. Todos podemos expresarnos si estamos de acuerdo o no porque es un problema del país, no es una republiqueta, es la riqueza cultura, sobre todo, del oriente boliviano. Es el pulmón de nuestra sociedad y hay que preservarlo. Hago votos para que eso no termine mal y que los consensos vayan produciéndose, aunque es difícil hablar en estos momentos de una consulta previa, cuando lo previo debió haber sido ya hace tiempo.

– ¿La Iglesia llama constantemente a que el diálogo sea la forma de solución?

– Llamamos a un diálogo constante para analizar los problemas del país y buscar soluciones entre todos, de forma razonable porque cuando se pierde lo razonable quiere decir que la cosa ya no está funcionando. Que el diálogo no sea cuando ya el conflicto está en marcha, es muy difícil solucionar un problema cuando se ha impuesto la causa en la calle o en las declaraciones de los responsables, pero aún allí el diálogo es urgente.

– El rol cumplido por usted, sentando las bases principistas de la Iglesia genera una preocupación ciudadana para saber quién viene después del cardenal

– Por supuesto que gran parte de la misión sacerdotal y episcopal que me ha tocado vivir ha sido también para preocuparnos de los pastores nacidos aquí. De seis que encontré cuando llegué acá hoy hay 34. Será el Señor quien verá quién me suplirá, porque ahora todos saben que quien será mi sucesor nombrado es el arzobispo coadjutor.

– ¿Cómo ve lo que está pasando con el gobernador Rubén Costas?

– Con preocupación porque lastimosamente no se está tomando en cuenta que hubo una consulta sobre eso, que ha sido extraordinaria en porcentaje. Que se han malgastado unos pesos o que se ha dedicado a esto, eso debieron haberlo solucionado antes, no ahora después de cinco años. Lo que deseamos es que la ley no se reduzca a sacar autoridades elegidas, sino para que busque caminos para que todos los que reciben el apoyo del pueblo entren en esos grupos y puedan ser defendidos para que puedan ejercer su responsabilidad.

– ¿Cómo ve la libertad de prensa y de expresión?

– Creo que en general hay libertad si uno lee y escucha las cosas que se dicen, pero la libertad de expresión no tiene que ser privilegio de un grupo, es una condición del ser humano. El ser humano no puede guardarse las cosas por miedo a que no lo dejen expresar, la persona tiene algo más valioso que cumplir una norma para que no se enojen los que se sienten aludidos. Podemos hacer mucho más para que la libertad de expresión nos lleve a centrar el respeto a la persona.

– ¿Cómo observa el deterioro moral de la sociedad boliviana?

– Principios morales para la Iglesia no son unas leyes de rigorismo espiritual, son aplicaciones del mandamiento de que nos amemos todos. Cuando falta esto, allí falta la moral. Lo inmoral no es solo la cuestión de una sexualidad pervertida también es la falta de generosidad, de hermandad o cuando no sabemos perdonar.

– ¿Cuál es su mensaje cuando vemos violencia o a un joven que solo piensa en destrucción y mata a personas?.

– O la compra venta de personas y de niños, la venta de órganos humanos. Hay cosas que no podemos dejar que pasen así. El cardenal no busca echar la culpa a unos o a otros, sino que invita a la sociedad a pensar. Por ejemplo, este hecho de Estados Unidos es lo más inhumano que podamos ver. La sociedad qué culpa tiene, la producción artística y la violencia que se pasa en los grandes medios qué influencia tienen. Eso envenena a los jóvenes y niños, peor si no hay un espacio para que esas personas encuentren un equilibrio en sus propias vidas.

‘No se puede tener al pueblo eternamente sin diálogo’

El Cardenal Julio Terrazas Sandoval, Arzobispo de Santa Cruz, habló sobre la realidad del país

Pastor. Al referirse al Tipnis, dijo que no se puede hablar hoy de consulta previa, cuando lo previo debió haber sido antes. Se refirió a su servicio sacerdotal y a la misión de la Iglesia Católica en Bolivia.

image Juan Pablo II le hizo el ordenamiento como Cardenal.

EL DÍA, 28 de Julio, 2012

Por primera vez, el cardenal Julio Terrazas Sandoval abrió la puerta de su despacho personal para conversar con los periodistas de su vida sacerdotal, la misión de la Iglesia Católica a lo largo de los últimos 50 años y sobre su visión del país en este momento de la historia. Sentado en el sillón de su escritorio y rodeado de libros y símbolos religiosos, el prelado nos atendió vestido de una camisa color plomo, saco y pantalón oscuro que resaltaba el crucifijo dorado que llevaba colgado en el pecho, el reloj de su mano izquierda y el anillo de su consagración.  Con un gesto cordial, lúcido y bromista al estilo vallegrandino, la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Bolivia habló 43 minutos con un grupo de periodistas.

Estos son algunos pasajes importantes del encuentro con el cardenal, que mañana cumple 50 años de ordenación sacerdotal.

P. ¿Cómo evalúa la fe católica en estos 50 años? El rol de la Iglesia Católica, el cambio de religión en el país…

Cardenal: Quiero resaltar una vez más el privilegio y  bendición del Señor por estos 50 años que me han tocado vivir al servicio de la Iglesia y al servicio también del país. 50 años encierran un sinnúmero de aspectos históricos a los que debemos referirnos: nos han tocado las tempestades de los tiempos de dictaduras militares, nos han tocado la frialdad del proceso neoliberal y bueno… la Iglesia está siempre con un mensaje claro, el mensaje de Cristo que ilumina y ayuda. El mensaje  de Cristo que no nos permite dormirnos en nuestros laureles y que siempre es una  invitación a ir hacia adelante, siempre es una invitación a no encerrarnos en nuestras propias búsquedas, sino buscar aquello que sigue siendo el desafío para todo cristiano: el reino de Dios. Creo que en estos 50 años me ha tocado ser testigo del salto cualitativo y de mayor fe que ha tenido la Iglesia Católica con el Concilio Vaticano II. En Bolivia la aplicación de esto ha sido rápida, se han formado las Comunidades Eclesiales de Base, se han formado los movimientos apostólicos, se ha intensificado la enseñanza misma en nuestras escuelas, en nuestros lugares de trabajo… creo que se ha hecho una Iglesia más dinámica.

P. ¿Cuáles han sido los principales momentos positivos y las dificultades a lo largo de este tiempo?

Cardenal:  A lo largo de la historia hay de todo…. Cuando hay dificultades y oposiciones es sumamente difícil que nosotros dejemos a nuestros fieles en una especie de  incertidumbre, al contrario se despierta más, se siente el deseo de manifestar.  La identidad propia ha crecido y pensamos que Santa Cruz no necesita ningún decreto a ninguna ley.

El nombramiento del cardenal es más para la Iglesia. Es evidente, que el nombramiento de cardenal es algo que anima o que lo pone a uno más en sintonía con toda la Iglesia pero que tiene también sus responsabilidades. El asesorar al santo Padre en los problemas mundiales de la Iglesia no es un trabajo fácil, de una u otra manera lo hacemos, sea a través de Internet o de reuniones de los diversos Dicasterios en Roma. Cuando me ven así -de cardenal- dicen que bonito todo eso, -pero- no es tan bonito porque está el compromiso también de defender la Iglesia y de defender al Santo Padre aun derramando la sangre, ese es el sentido del color de la sotana roja.

P. Hay encuestas que dicen  que usted sería el único capaz de hacer frente electoralmente al presidente Evo Morales. ¿Sería candidato a la presidencia cardenal?

Cardenal: A mis 77 años sería un iluso, pero además ni se me ha ocurrido en estos 50 años de sacerdocio querer ocupar el puesto político porque nuestra misión es formar a ellos para que lo tomen, lo asuman, lo vivan y lo practiquen.

P. El Gobierno ha tomado a la Iglesia como enemiga, ¿Este es el momento más crítico de la Iglesia desde que usted está en el sacerdocio?

Cardenal: Si fuera el único momento en que se nos ha dicho eso, diríamos que estamos preocupados, pero nos lo han dicho todos, en 50 años de la historia que yo llevo, en gobiernos neoliberales, en gobiernos militares siempre nos han dicho que la Iglesia es enemiga ¿Por qué? Porque nosotros tenemos un lenguaje de humanismo, de ayuda, no aplaudimos la violencia, no aplaudimos la persecución. No podemos aplaudir, por ejemplo, la manipulación de las leyes, tenemos que ayudar a que se dignifique la política para servicio del país. No porque nosotros queramos ocupar el puesto de los líderes políticos sino porque es nuestra misión, misión espiritual, como se entiende porque está llena del espíritu del Señor, el espíritu del reino de Dios, el espíritu de libertad que debe haber en todos los ambientes.

P. ¿Por qué las iglesias de otros países optan por seguir una línea de simpatía socialista con el Gobierno ¿Por qué es criticado el Gobierno desde la Iglesia?

Cardenal.:  En un diálogo que tuve con el señor presidente, le dije que la Iglesia no es un instrumento de apoyo al Gobierno, pero será siempre una voz que ayude avanzar en las cosas que sean buenas para todos. Yo creo que el socialismo debe tener esa función, buscar el bien para todos para no repetir la historia de la que siempre han sido unos cuantos los que se han beneficiado. No hay de nuestra parte ninguna intencionalidad de molestar solo al Gobierno, muchas veces mis pláticas van también a los problemas locales y grupos.

P. Se dice que la aplicación de la consulta previa en el Tipnis es la crónica de un enfrentamiento anunciado ¿Le preocupa al cardenal lo que pueda ocurrir en esta zona?

Cardenal.:  Bueno sería fatal si al cumplir 50 años no me preocupara. Me ha preocupado desde que fui ordenado. El respeto a los otros, la capacidad de perdón y reconciliación, la capacidad de encontrarnos a pesar de nuestra diferencia y sobre todo la capacidad  de cuidar y hacer que la creación no sea para algunos en este tiempo, sino que se proyecte como elemento de vida para futuras generaciones. Por su puesto que nos preocupa si esto termina en violencia entre nuestros hermanos. Hacemos para que no sea así, todos tenemos que ver los caminos que todavía pueden descubrirse de encuentros verdaderos y auténticos que nos saquen de las profundidades de la confusión.

P. Pero ¿Cómo está viendo usted el tema del Tipnis?

Cardenal:  Yo creo que puede ser difícil encontrar las respuestas adecuadas para defender o para atacar. Aún así nosotros por encima de todo,  sabiendo que el diálogo es la base para la justicia,  la paz y la convivencia, no podemos renunciar. El diálogo lo pueden archivar un tiempo pero no pueden tener eternamente al pueblo sin un diálogo coherente y consciente. Entonces debe seguir. Ahora no se facilita mucho cuando a veces se escucha que aquellos que se oponen van a ser procesados. Yo creo que eso complica más la situación, todos podemos expresar si todos estamos de acuerdo o no estamos de acuerdo. No es un problema de ese pequeño grupo, no es una republiqueta, es un problema del país. Es la riqueza cultural sobre todo del oriente boliviano que todavía es el pulmón de nuestra sociedad y todavía hay que preservarlo. Yo hago votos para que eso no termine mal y que ojalá los consensos vayan produciéndose a pesar de que es difícil hablar de este tema en este momento de una consulta previa, cuando lo previo tenía que haber sido hace tiempo atrás.

P. En días pasados el presidente Evo ha dicho que la Iglesia le saca la mugre pese a que el Gobierno refacciona los templos ¿Usted le daría la bendición a Evo Morales?

Cardenal: Claro, nosotros rezamos todos los días por nuestros gobernantes nacionales y departamentales. No  hacemos excepción si hay que darle la bendición lo hacemos.  Pero no se trata de recibir una bendición para la foto, se trata de recibir una bendición convencido de que con la ayuda de Dios su mente se puede abrir mucho más y el corazón puede ser mucho más amplio para abrazar a todos.

P. ¿Cómo ve la situación del gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas?

Cardenal: Con preocupación como todos los que vivimos acá (en Santa Cruz). Preocupación porque lastimosamente no se está teniendo en cuenta la consulta (el referéndum) que ha sido extraordinaria en porcentaje. Que se hayan malgastado unos pesos, eso debió solucionarse antes no ahora después de 4 años. Lo que deseamos es que la Ley no se reduzca solo a sacar autoridades elegidas, sino que busque caminos para que todos los que reciben el apoyo del pueblo entren  en esos grupos que deben ser defendidos y que deben ser apoyados para que pueden ejercer su responsabilidad.

P.¿La Iglesia Católica considera que hay libertad de prensa y libertad de expresión en Bolivia?

Cardenal:  Yo creo que en general hay libertad si uno lee y escucha las cosas que se dicen. Lo que pasa es que una libertad de expresión no tiene que ser un pequeño privilegio que se da a un grupo. Es una condición del ser humano comunicarse… El ser humano tiene algo mucho más valioso que cumplir una cierta norma para que no se enojen los que se sienten aludidos, yo creo que podemos hacer mucho todavía para que la libertad de expresión de los medios de comunicación y de toda la gente nos lleve a centrar una vez más el respeto a la persona humana.

Al final de la entrevista, el cardenal Julio Terrazas hizo la bendición: "Deseamos paz y trabajar por esta paz entre todos, para que Bolivia no sea el centro de los odios y violencia, sino el centro de la hermandad reconciliada. Que el Señor Padre, hijo y espíritu santo los acompañe a todos”.