Casos de tráfico de menores se disparan en Cochabamba y culpan a las redes


Diariamente se reciben de tres a cuatro denuncias de desaparición de menores en la Felcc.

Los casos de trata y tráfico en los que las víctimas son niños y adolescentes menores de 18 años, aumentaron en 4,52 por ciento en los últimos meses en el departamento de Cochabamba, debido en gran parte, a la influencia de las redes sociales entre los menores, según información oficial a la que tuvo acceso Opinión.

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Una ilustración sobre la trata y tráfico de menores que se incrementó en los últimos meses.

Y, aunque no ostenta la mayoría de los casos denunciados –pues las estadísticas en Bolivia son lideradas por La Paz y El Alto- el departamento vive una dramática situación en este tema. Según Lidia Rodríguez, responsable del Programa de Defensa de los Derechos de la Niñez y Adolescencia del Defensor del Pueblo, los casos de trata y tráfico en Cochabamba, aumentaron de 287 a 300 durante el último semestre de 2011, y esas cifras son las únicas disponibles hasta el momento.

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La funcionaria aseguró que este incremento se debe, en gran parte, a que los jóvenes tienen cada vez más acceso a redes sociales como Facebook o Twitter, donde colocan todos sus datos verdaderos, incluyendo su identidad y su dirección, lo que facilita la labor de los delincuentes dedicados a este ilícito.

En las últimas semanas, cuatro casos de desaparición de niñas menores de 17 años conmovieron a la población, y entre ellos destaca el de Zarlet Clavijo, quien desapareció de La Paz los primeros días de junio sin que la Policía haya podido encontrar ni un rastro de su paradero desde su desaparición.

Pero la realidad es mucho más grave que los casos conocidos por los medios de comunicación. Según el responsable de la Unidad de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), My. Walter Sossa, diariamente esa instancia recibe de tres a cuatro denuncias de desapariciones de menores de edad en todo el país.

DELITO FÁCIL

La historia de que hombres encapuchados amordazan a una menor y la dopan, para luego subirla a un automóvil generalmente blanco en el cual intentarán sacarla del país luego de haberla encerrado varios días o semanas en un cuarto oscuro e incomunicado, es una realidad muy poco frecuente en los casos de trata y tráfico de personas.

Rodríguez y otras autoridades coinciden en que en realidad, los tratantes no tienen que hacer demasiado esfuerzo para trasladar a un menor de un país a otro para someterlo a explotación laboral o sexual.

“Los casos de secuestro son un porcentaje mínimo. El modus operandi cotidiano es que los tratantes no hacen mucho esfuerzo porque nuestras fronteras son extensas y es fácil fraguar documentación para sacar a los menores. Los delincuentes consiguen los formularios y fácilmente falsifican la firma de los jueces, con lo que los permisos aparentemente son otorgados. Del otro lado de la frontera, los cómplices extranjeros también fragúan la documentación alterando la edad de las víctimas, que en territorio boliviano tienen 12 o 14 años, pero al otro lado de la frontera tienen 18 años”, dijo.

Agregó que el perfil más frecuente de víctimas de trata y tráfico “son mujeres adolescentes de entre 8 y 17 años”. “Anteriormente, se sabía que este delito se cometía a través de algunas agencias de empleo, que ofrecían anuncios muy atrayentes con sueldos onerosos. Pero ahora es más frecuente encontrar casos de jóvenes conectados por vía Facebook y Twitter”, afirmó Rodríguez.

Conceptos sobre trata de personas

Estos son algunos de los conceptos que manejan las autoridades encargadas de velar por los derechos de la niñez y adolecescencia y la Defensoría del Pueblo.

•La trata de personas es el reclutamiento, transporte, transferencia, resguardo o recibo de personas por medio de amenazas, uso de la fuerza y otras formas de coerción, secuestro, rapto, fraude, engaño, abuso de poder, con el propósito de algún tipo de explotación de la víctima.

•La trata con fines de explotación sexual es la captación de una persona por medio de engaños o amenazas, para explotar su cuerpo sexualmente.

•La explotación sexual significa que la víctima es inducida o forzada a ejercer el comercio del sexo contra su voluntad. Regularmente, las víctimas son menores de entre 14 y 17 años, a quienes les ofrecen trabajo con altos ingresos económicos.

•La explotación laboral es el aprovechamiento injusto del trabajo de una persona para el beneficio de otra.

•Un trabajo forzado es exigido bajo amenaza de una pena cualquiera. La explotación laboral se presenta con más frecuencia en tres grandes rubros: el trabajo doméstico; las fábricas o talleres de costura y la agricultura.

Es necesario diferenciar entre desaparición y trata de menores

Las autoridades alertan sobre la necesidad de diferenciar entre la desaparición de un menor y su posterior calificación como caso de trata y tráfico de personas.

Sobre este tema, el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, afirma que “también existen escenarios de conflicto contra niños y niñas que han desaparecido, como la falta de comunicación entre los progenitores y los niños”.

“Existen datos de que, anualmente, un promedio de 205 personas son víctimas de trata y tráfico, pero se trata de subregistros”, aseguró el Defensor del Pueblo, al recordar que la mayoría de las desapariciones son esclarecidas cuando los menores aparecen.

“Estamos viviendo una especie de psicosis de supuestos secuestros y trata; pero en la mayoría de los casos, se trata de jóvenes que relatan una historia fantástica para ocultar que huyeron de su casa. No todas las desapariciones están relacionadas con trata. Hay algunos casos en que sí, pero la mayoría de las desapariciones están relacionadas con problemas familiares, con conflictos sentimentales e incluso con la formación de parejas prematuras”, dijo el responsable de la Unidad de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), My. Walter Sossa.

De todas maneras, según el Defensor, se trata de una realidad compleja en la que es necesario el aporte de los diferentes sectores de la sociedad. Una mayor comprensión hacia los hijos, mayor atención y menos conflicto en el hogar; información oportuna y preventiva para los adolescentes respecto a anuncios de empleo en otros países, emisión de mensajes contra la trata y tráfico de personas, como ya se viene haciendo en el Valle Alto de Cochabamba, son algunos caminos para fortalecer a los niños y jóvenes contra esta amenaza.

El flanco débil, las terminales intermedias

En las diez principales ciudades del país se estableció oficinas de Defensa de la Niñez para prevenir la trata y tráfico de menores. Lo mismo se hizo en puestos fronterizos. Pero esto resultó ser insuficiente, pues el flanco débil todavía no atendido, resultaron ser las terminales de las ciudades intermedias del país, donde prácticamente es imposible realizar algún control.

FALTA CONTROL 

"Si se hace el control en la terminal de buses de La Paz, un menor puede desplazarse o ser llevado tranquilamente a la ciudad de El Alto, donde hay una pseudo –terminal (dos o tres calles donde se estacionan la flotas de transporte interdepartamental e internacional) donde no hay control. Exactamente lo mismo sucede en Cochabamba, donde el control puede ser estricto en la ciudad, pero prácticamente no existe en Quillacollo”, dijo Juan Carlos Quiroz, de la oficina de la Defensoría de la Niñez de la terminal de La Paz.

"Este es un problema nacional, que supera las atribuciones de los municipios”, agregó Quiroz.

“Es necesario potenciar la Red Nacional Contra la Trata y Tráfico de Personas, que se estableció en el país con la participación de la mayoría de las instituciones estatales y de la sociedad civil relacionadas con el tema”, dijo a su vez el Defensor del Pueblo, Rolando Villena.

El Defensor del Pueblo, también llamó la atención sobre la necesidad de que los casos sean atendidos con prontitud y que todo hecho sospechoso que involucre a un menor debe ser denunciado. “Por ejemplo, preocupa la detección de lenocinios donde se ejerce la explotación sexual contra jóvenes y adolescentes. Hay la creencia de que este delito sólo se da en el exterior, pero no es así, está en nuestro país”, dijo.

Fuente: Opinión