Rubén Darío Rojo*
El pasado mes de junio tuve la oportunidad de representar a Bolivia en la Cumbre de Naciones Unidas Rio+20, donde se diseñaron propuestas globales para el desarrollo sustentable en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental.En ese marco, los países firmaron el documento titulado “El futuro que queremos”, donde se incluye un compromiso con la educación, entendida como instrumento fundamental para la construcción de una sociedad y una economía verde.Siguiendo esos lineamientos, hemos elaborado tras nuestro retorno a Bolivia un proyecto de “Ley de Preservación del Futuro”, que recoge uno de los puntos principales tratados en la cumbre ecológica.Se trata de implementar la materia de educación ambiental y desarrollo sustentable en los distintos niveles de la enseñanza (primaria, secundaria y superior), para inculcar desde temprana edad valores y prácticas responsables con el medio ambiente.El proyecto establece que, una vez promulgada la Ley, el Ministerio de Educación tendrá un plazo de 90 días para diseñar la malla curricular de la nueva materia, para luego proceder a insertarla en el sistema educativo y capacitar a los docentes.Una de las recomendaciones de Rio+20 es incentivar una amplia participación pública en las tres dimensiones del desarrollo sustentable, que integra entre sus objetivos centrales la erradicación de la pobreza.Consideramos que este proyecto puede aportar también en ese sentido, colocando a Bolivia entre los países que se toman más en serio la protección medioambiental, si se incluyen en los contenidos de la materia la creación de capacidades para el desarrollo sostenible en áreas como la agricultura, el turismo o la transferencia de tecnología.Esperamos que esta iniciativa pueda tener una pronta acogida multipartidaria, para que la ecología pase de los discursos a la práctica.La educación verde será el primer paso.*Presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados