Miembro del jurado, eligió el programa de Marcelo Tinelli para hacer su descargo público sobre el presunto robo de joyas que le habían prestado en Paraguay, y por el que estuvo detenida. Con estructura de monólogo de humor, aseguró que no tuvo nada que ver. Consiguió picos de rating de más de 30 puntos.
“No estuve en una celda, ni con otras reclusas. Dormí en un sofá muy cómodo, calentita y me llamó todo el mundo. Yo sé lo que soy. El sábado fue el día que más paz tuve”, dijo anoche Moria Casán en ShowMatch (a las 22.30, El Trece), sobre la situación que vivió el fin de semana, en torno al presunto robo de las joyas que lució durante un show que dio en Paraguay. Si bien durante la tarde de ayer, Casán ya había dejado, al pasar, algunas declaraciones a los medios, se reservó lo más jugoso de su testimonio para el programa que conduce Marcelo Tinelli, en el que la diva integra el jurado del certamen Bailando 2012. “Están diciendo cualquier huevada.
Lo del robo es tan disparatado que no tengo que aclarar nada porque oscurece. Si tuviera algo que ver estaría en cana”, había señalado antes a varios medios, menos de 24 horas después de su regreso al país, al que llegó sin la compañía de su asistente Alexis Galo Soto, ni de su socio, Luciano Garbellano (ver Garbellano y Soto…). Y criticó el manejo que le dio la prensa al tema, antes de agregar, no sin ironía: “Me impresiona mi fama.” Pero más tarde, antes de asumir su rol en el jurado, Moria puso en blanco sobre negro -como las rayas de su vestido-, con lujo de detalle y una buena dosis de humor, su versión de los acontecimientos que derivaron en su detención. “Fue un hecho desprolijo y confuso”, disparó Casán, en el inicio de su explicación.
Luego, contó que la historia había comenzado el día previo a su performance en el Centro de Convenciones de la Conmebol: “Mientras cenaba, Juan Armando Benítez, dueño de Armando Joyas, me trajo las joyas, para que me las probara. Y me extrañó la caja berreta en que las trajo… si se suponía que eran tan caras.” Enseguida, comentó que el show transcurrió con normalidad, y puso el foco en lo que pasó una vez que dejó el escenario. “Como la gente me quería ver, le pedí a Galo que me dejara vestida. Me saqué los aros y el collar: me los saca él, en realidad, y los pone en sus cajas”, resumió. Y describió: “En ese momento, ya había gente. Mi camarín era el Patio Bullrich.” Entonces, casi con formato de monólogo, Moria llegó al nudo de la trama: “Viene el joyero con la señora, que se sienta detrás mío, y empieza a sacar fotos. Al rato, el señor me pregunta por las joyas. ‘Están en las cajas’ , le contesté. Y él las abre, y me dice que no están. ‘Me estás cargando’, le respondí. Y él insistió en que no estaban”. De ahí al escándalo, pasaron casi 24 horas; y la locación pasó del Centro de Convenciones al aeropuerto de Asunción, en el que Moria esperaba el despegue del vuelo que la traería de regreso a Buenos Aires. “Estaba en el avión, con el cinturón abrochado, y se acercaron un muchacho de la línea aérea con un oficial que traía un oficio, en el que se me notificaba que había sido denunciada por ‘apropiación de objeto y persona’ ”, contó la artista.
Y que decidió bajar para aclarar todo, antes de partir. De ahí, Casán cambió avión por patrullero, y viajó sin escalas a la Cárcel de Mujeres de la Comisaría 17, donde pasó la noche, tal como se detalla al principio, para declarar, el domingo, en la fiscalía a cargo de Celeste Campos. “Declaré, y ahí terminó todo”, completó Casán llegó ayer a Ideas del Sur acompañada por su abogado, Víctor Stinfale, quien sugirió, desde su perspectiva profesional, que todo se trató de “un hecho inventado, que Moria sufrió por portación de estrellato”. Y advirtió que “la causa se cae a pedazos (…) Puede prescribir o morir”, anticipó. No obstante, Moria, que se calificó como “gente honesta”, reconoció que “el hecho preocupó” a la gente que la quiere. Y anunció, antes de dar vuelta la página: “De ahora en adelante, no recibo más gente en el camarín, y me dedico al hurto molecular”.
Fuente: ATB, Clarín.
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