Referéndum nacional sobre el Isiboro Sécure

Emilio Martínez*La lucha democrática por el TIPNIS pasó en las últimas semanas de un escenario nacional a otro territorial, cambio que sólo puede ser funcional a los intereses del régimen pro-cocalero de Evo Morales, que de esta forma puede desconectar físicamente a los indígenas de la disidencia urbana y fragmentar la confrontación en múltiples zonas, dividiendo para reinar.Estábamos en un escenario nacional cuando la IX Marcha Indígena recorría varios departamentos y cuando interpelaba al gobierno casi a las puertas del Palacio Quemado. El escenario local es el actual, abarcando el espacio discontinuo de las comunidades del TIPNIS y también los focos de enfrentamiento distractivos que el régimen pueda alimentar en otros puntos del país, como acaba de suceder con las sucesivas tomas y retomas de las instalaciones de la CIDOB en Santa Cruz de la Sierra.En efecto, mientras se distraía a la dirigencia indígena en una batalla por el control de unas oficinas, las brigadas gubernamentales hacían sus primeras incursiones “consultivas” en el TIPNIS.Cierto que el resultado de la primera jornada fue un empate, con las respuestas divergentes dadas por las dos comunidades consultadas (sí a la carretera en Oromomo, no en San Miguelito). Pero ganarle al prebendalismo y la manipulación oficial con “arcos y flechas” parece dudoso y problemático.En vez de esto, la dirigencia indígena debería analizar seriamente la posibilidad de retomar el escenario macro, impulsando la convocatoria a un gran referéndum nacional sobre el Isiboro Sécure, que después de todo es un Parque Nacional.Las encuestas, que indican que un 65% de los bolivianos se opone a la carretera, avalan esa opción.*Escritor y analista políticoEl Sol de Santa Cruz