Sobre magnicidios y golpes y paranoias


Carlos Jahnsen Gutiérrez

JAHNSEN No me extrañaría que hasta la siguiente elección presidencial el señor Kempff Suárez tenga que escribir un nuevo comentario, esta vez titulado: ¿Cuarto golpe de Estado? ¿Por qué? Porque somos testigos de un sistema político mentiroso. La metamorfosis mestiza del grupo político que gobierna Bolivia comenzó actuando bajo un libreto político incierto pero con expectativas de algo nuevo, transformándose rápidamente en un drama paranoico al que Bolivia está ahora subordinada. Este país está, hoy por hoy, gobernada por la política de la paranoia de un grupo frio, cínico y tétrico! Se sienten llamados a ejecutar una “misión divina” de “proteger” al pueblo del apocalipsis que se asoma y que solo ellos ven venir cíclicamente por cada esquina de la Plaza Murillo, bunker de la Whipala.

Los que gobiernan a Bolivia no son nada excepcionales. Los protagonistas de este drama son, personajes tipo “revolucionario”, común, son un promedio corriente de la pequeña- burguesía cocalera, cada día más inflada de dólares. Ellos trabajan duro, 16 a 18 horas al día. Se dicen “obreros” o “soldados” de una construcción en la que solo se hacen huecos, por todas partes y sin poder demostrar al pueblo que voto por ellos, si realmente existe algo así como una construcción. Solo se ve prototipos de un algo, escombros de algunas ideas e intenciones, Jindal, Papelbol, Litio, YPFB, inversiones nuevas en el sector del Gas, cambio de la matriz productiva y la lista es cada vez más larga. Son simples monumentos a las burbujas político-retoricas y resultado de una gestión fracasada y corrompida. Si existe algún cambio este es su secreto, en cambio el pueblo lo sabe, este cambio es una falacia.



Desde la serenata desesperada y patética de la Ministra de Comunicaciones, ahora ya sabemos también que especialmente alguno de ellos, (o todos?) hasta sacrifican su felicidad personal, por Bolivia dicen! Sugiero que el pueblo apoye con todas sus fuerzas para que estos personajes encuentren lo más pronto posible su felicidad personal y que se vayan a sus casas! Por favor, que ya no se sacrifiquen mas y sobre todo que paren de sacrificar a bolivianos y a Bolivia!

Todo este drama paranoico pasaría tal vez desapercibido en la población y estaría perfecto dentro del tétrico centro del poder, si no sería por las tremendas pesadillas que les acosan día y noche. El TIPNIS, motines policiales, mucha democracia, nubarrones oscuros que dejan caer gotas negras, imperios de derecha, medioambientalistas y gringos capitalistas que les roban diariamente el horizonte y el futuro. Es esta maldita “picana” de problemas auto-creados que este Gobierno no se la puede consumir y más bien, incrustada como caries en sus colmillos les hace estremecer con solo aparecer en forma de preguntas, como por ejemplo recientemente CNN lo hizo.

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S.E, el torturado psicológicamente , el incomprendido, este angelito del amor y del bien por su prójimo, lo mismo que sus bases, aquellas que obviamente nunca bloquearon una sola vía ni mataron una sola mosca, se convierten en bestias rabiosas y con saña y de esas con masa grande como para poder aplacar al apocalipsis que se avecina. La situación escalda a los responsables políticos actuales porque no saben, si el ocaso que observan es uno propio o el de su proyecto. No saben si este apocalipsis es uno personal o uno verdadero. Su tragedia es que esta duda no la resolverán, ni aun después de dejar el poder, porque están atrapados en su lógica esotérica.

Tal vez tienen miedo que sus pesadillas diarias puedan ser algo así como el pre-anuncio de visiones paranoicas, aquellas que pueden desembocar en locura, soñando diariamente con Villarroel. Esto sería un apocalipsis personal. Pero qué pasa si sus visiones son las de un verdadero apocalipsis, uno anunciado por su propia pésima gestión orientada al privilegio del neo-clientelismo? En cualquier caso, ellos se sienten llamados a hacer todo, con todos los medios disponibles para proteger su centro oscuro de poder, así inventen magnicidios o golpes.

El pueblo ya no los entiende en su lógica mentirosa y tergiversada, ni tampoco los quiere ya, porque a la democracia que en sus momentos maduros no fue agresiva ni rabiosa ahora la encierran en una perrera. A la justicia la domesticaron y ahora utilizan a gusto del látigo político, a la Plaza Murillo la convierten en un bunker del abuso, al hambre y a la marginalización los definen como “golpe”, a los dólares del narcotráfico no los conocen, pero estos no son ni imperialistas ni capitalistas, a su violación de la Constitución Política en el tema del TIPNIS y a la legítima protesta de los pueblos indígenas propietarios del TIPNIS las definen como “el nuevo colonialismo medio-ambientalista.”

Toda esta tergiversación de la realidad es parte inseparable del eslabón esotérico de convertir sus catástrofes personales, psicológicas y de gestión en un bien público. Esto es su fetichismo!

Construyen fanáticamente cadenas de poder ahora político-militares sobre los cimientos de una nueva Constitución Política aludiendo cambio, pacifismo y seguridad, pero que observando el cuerpo agresivo creciente que forma contra enemigos políticos internos y externos, deja prever un riesgo creciente para la democracia y para Bolivia misma.

Estos personajes no van a cambiar ni pueden cambiar, ni pensar ni actuar de distinta manera porque la eventualidad diaria de su apocalipsis no se lo permite. Es más, ahora se tiene que seguir militarizando a la política, por si acaso. Porque esencialmente ellos son reos de su propia catástrofe! No les queda más que tener que seguir cavando huecos por doquier, en la economía, en la institucionalidad, en la sociedad, en la democracia, en el mismo Gobierno sin ser capaces de construir algo nuevo. Todo este accionismo se tiene que continuar fanáticamente 18 horas al día 365 días al año preparándose para el apocalipsis, para lo que se pueda venir. Y así sea, que no solo ellos crean que están totalmente paranoicos, sino que todo el pueblo crea que ellos son totalmente paranoicos.

Definitivamente este Gobierno de personajes tétricos tiene éxito, pero no en construir una sociedad más justa y equitativa, unida, no en la construcción de una economía con estructuras productivas formal y legal que cree empleo e ingreso para un crecimiento y desarrollo sostenible. Mas bien, son exitosos en crear una constante amenaza paranoica superestructural y al mismo tiempo en convertir a sus bases sociales y a parte del pueblo boliviano tan paranoicos como los mismos personajes principales de este drama político. Y nadie sabe como acabara esta política de la paranoia masista. Como un cuento psicológico tipo Hitchcock o siguiendo tal vez un libreto mestizo de un Apocalipsis Now Andino?

Esta Realpolitik masista se convierte en una metáfora contemporánea de todo un pueblo inmensamente inseguro de su futuro y viabilidad. Pero existe algo que cobra cada vez mayor certeza, cuando el pueblo decida, pronto, que los responsables políticos ante todo tienen que ser personalmente felices, es decir, cuando los envié a sus casas y ellos dejen sus escombros, huecos y catástrofes por todas partes, quedara entre otras cosas algo muy complicado de resolver: Como deconstruir rápida y efectivamente la herencia cínica y paranoica de los responsables políticos masistas en las bases sociales y de una gran parte en nuestra sociedad! Como apoyar efectivamente que la realidad política se la vuelque de la cabeza a los pies? Ese es tema de otro libreto y otro reto.