Vice atómico

AGL El vicepresidente Álvaro García Linera confesó que “sueña” con que Bolivia entre en la era atómica. Acto seguido agregó que sería para fines “pacíficos y benéficos”, aclaración tan creíble y tranquilizadora como las que suele hacer un estrecho aliado del régimen evista, el fundamentalista Mahmud Ahmadinejad.

Según el vice, una Bolivia atómica sería parte de la “vanguardia científico-tecnológica” a la que estaría apuntando el gobierno de Evo Morales. “¿Por qué no podemos leer un poco de física básica?”, dijo el segundo mandatario.

Suena a chiste, o a otra de las tantas evadas a las que nos tiene acostumbrados la administración cocalera, pero lo preocupante es que pueda haber algún viso de realidad en las palabras vicepresidenciales, en cuyo caso todas las hipótesis convergen en una palabra: Irán.



En efecto, la Bolivia del MAS es uno de los socios incondicionales del régimen de los ayatolas en América Latina, junto con la Venezuela chavista.

Y más de una vez han surgido indicios sobre un interés iraní en los yacimientos de uranio diseminados por el territorio boliviano.

Desde el 2006 hasta la fecha, el gobierno pasó de negar la existencia de estos reservorios uraníferos a admitirla a regañadientes, minimizándolos, para finalmente informar que se estaba comenzando a explorarlos.

Mientras tanto, en una de sus visitas a Bolivia, Ahmadinejad firmaba convenios mineros de ambiguo alcance y manifestaba su intención de cooperar con la elaboración de una “Carta Geológica” boliviana.

Teniendo en cuenta los antecedentes del vicepresidente como integrante de la banda terrorista del EGTK, no suena muy “benéfica y pacífica” la posibilidad de poner energía nuclear en manos de un régimen que lo cuenta entre sus altos mandos…

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