Emilio Martínez*
Una serie de elecciones equivocadas ha llevado al gobierno de Evo Morales a asociarse al club mundial de las dictaduras, regímenes que días atrás convergieron en Teherán para procurarle algo de oxígeno diplomático a la tiranía siria de Bashar al Assad.Entre los representantes presentes en la capital iraní estuvo el embajador boliviano Jorge Miranda, junto a cancilleres y delegados de Cuba, Venezuela, Rusia y China, países que no se caracterizan precisamente por ser la quintaesencia de la democracia.En algunos casos se trata de dictaduras de partido único, mientras que en otros hablamos de “regímenes híbridos” que combinan formalidades democráticas con trasfondos autoritarios, grupo en el que bien podría ser adscrito el propio gobierno evista.¿Y qué decir de la autocracia siria, cuya defensa convocó la reunión internacional auspiciada por los ayatolas?El nacimiento del régimen se remonta 41 años atrás, a 1971, cuando el padre del actual dictador, Hafez al Assad, se impuso mediante un golpe de Estado, instaurando el monopolio político del partido Baath Árabe Socialista y declarando un Estado de Sitio permanente que rige hasta hoy.En el año 2000, el tirano falleció por un ataque al corazón y fue sucedido en la presidencia por su hijo Bashar, quien ha sido señalado como responsable de la mayoría de las 17.000 muertes sucedidas en su país desde el inicio de la rebelión antidictatorial que comenzó el año pasado, según datos de organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.En ese contexto, Assad hijo ha llegado a amenazar con el uso de armas químicas.Visto lo cual, habrá que recordarle al gobierno de Evo Morales aquello de “dime con quién andas y te diré quién eres”.*Escritor y analista político El Sol de Santa Cruz