Desafíos de la oposición democrática


Emilio Martínez

demo El camino de los próximos años será, para el oficialismo, el desgaste sostenido. Sin embargo, el recambio de opciones en el poder no será posible a menos que la oposición democrática acometa ciertos desafíos fundamentales.

1. Democracia interna

El analista Iván Arias Durán ve en el panorama nacional, no sólo en el MAS sino en general, “Un sistema de partidos y agrupaciones políticas que se resisten a renovarse y que prefieren seguir en la incestuosa práctica de la endogamia. Verticalistas, caudillistas y sin democracia interna, no permiten el flujo y reflujo de líderes. Sus vetustos cabecillas pregonan modernidad, autonomía y democracia para afuera, pero internamente son férreos practicantes del autoritarismo”.



Coincidimos plenamente en el diagnóstico. La búsqueda de una hipotética unidad opositora deberá asentarse en mecanismos de democracia interna: un sistema de elecciones primarias permitiría confederar a las corrientes pro-libertad que previamente coincidan en torno a una plataforma programática en común. Más allá de las apuestas caudillistas o personalistas, que suelen conducir al vaciamiento ideológico, y más allá de los meros acuerdos cupulares.

2. Unir lo republicano y lo social

A la hora de construir esa alternativa de gobierno, habrá que buscar la reunión de las dos disidencias que se perfilan en el horizonte: la republicana, mayormente basada en la clase media, que cuestiona la erosión institucional a manos del hegemonismo masista; y la social, nacida de la insurgencia de sectores populares ante sus demandas materiales insatisfechas.

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La idea es que sólo habrá República con una alta integración de etnias y clases, y que solamente será posible la verdadera justicia social en el marco de las libertades democráticas.