Ismael Schabib Montero*
Se sabe que los ecologistas se han convertido en una corriente política que ha cobrado fuerza en Europa, que son actores políticos importantes en algunos países de América Latina como el Brasil y México.
“La ecología política tiene su base en el eco centrismo y eso la diferencia de políticas ambientalistas. El eco centrismo toma como centro la relación entre el hombre y la naturaleza dando más importancia a la naturaleza que al hombre puesto que este forma parte de ella…”.
El meollo es que se trata de proteger nuestro hogar común, la habitabilidad del planeta tierra. ¿“Casi nada”? Lo cierto es que en Bolivia se hace presente el partido verde-ecológico, en momentos que todavía queda entre nosotros el ambiente que crearon las marchas que han realizado los indígenas de las tierras bajas que habitan el TIPNIS, que piden que se respete la ley, sus derechos y su dignidad. Que piden que no se construya el tramo II, de la carretera Cochabamba-Beni, atravesando el parque Isiboro-Sécure, piden que se haga otro diseño.
En realidad, que pase la carretera por medio parque no es el único gran problema, sino, que serviría de autopista para acelerar la penetración de los depredadores narco caleros (que siembran coca para elaborar cocaína), está clarísimo que casi el 100% de esa producción sirve para alimentar la voracidad maligna del narcotráfico y los cocaleros son conscientes de aquello.
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Ha quedado también muy claro que antes que un gobierno nacional, que gobierne para todos los bolivianos, éste es abiertamente un gobierno cocalero.
Deberíamos entender que una cosa importante era que no se politicen esas marchas y otra diferente es que este asunto del TIPNIS es un problema político que involucra a todos los bolivianos, porque todos los bolivianos somos dueños del parque.
El problema de su avasallamiento y el de otros parques nacionales, recién empieza, y es el mejor escenario para que el partido verde-ecológico irrumpa con decisión en la escena política boliviana, teniendo en sus postulados argumentos válidos para hacer defensa de los intereses nacionales.
En el caso que nos ocupa, nadie niega que en Bolivia y especialmente en el Departamento del Beni, las carreteras son imprescindibles para su desarrollo; un Departamento con los mayores índices de pobreza a nivel nacional. Pero construirlas respetando las reservas ecológicas que, como en este caso, no significaría la imposibilidad de hacerlas, sólo importaría unas decenas más de millones de dólares, que en la actualidad el país los tiene.
Bien venido el partido verde-ecológico, este es el mejor escenario para que sea un actor importante en la vida política nacional. Se lo necesita.
*Vicealmirante de la República de Bolivia