El régimen de Bachar al Assad continúa imponiendo la política del terror para frenar el avance de los rebeldes. 43 personas, la mayoría civiles desarmados, murieron tras ser torturadas y ejecutadas en una redada de las fuerzas de seguridad que siguió a una serie de bombardeos en el pueblo de Jdeidet Artouz, en la provincia de Rif Damasco, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La ofensiva incluyó disparos, ataques con proyectiles y ejecuciones en público.
Los rebeldes sirios contraatacaron horas después con el bombardeo del aeropuerto militar de Menagh, en la provincia de Alepo, donde se están librando las batallas más cruentas. Los revolucionarios utilizaron para el bombardeo un tanque que habían conseguido sustraer en operaciones anteriores a las fuerzas gubernamentales.
Fuente: Red Uno
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