Ya no Podemos Fiarnos de Bellacos


Álvaro Riveros Tejada

Riveros ¿Pareciera un acróstico no es cierto? Pero la casualidad nunca pudo ser más oportuna cuando a tiempo de escribir estas líneas, las demoledoras noticias que emergen de las oficinas de YPFB, nuestra principal empresa petrolera, o mejor dicho la única, parecieran pertenecer al mundo de las tinieblas horadando nuestra confianza en ella y en su plantel de cacos que deberían ser exorcizados.

Al luctuoso episodio sucedido hace tres años, encabezado por Santos Ramírez y su banda y que incorporó un asesinato en el reparto, se suman y siguen los hechos de corrupción con una regularidad anual asombrosa y durante todo lo que va de la gestión. Lo peor, obstinándose sobre el mismo proyecto, la famosa planta separadora de líquidos que a este paso, nos está dejando sin liquidez a todos los bolivianos. Una porfiada y pertinaz estrategia aimara de konanear en un error, como la carretera del TIPNIS, hasta convertirlo en un acierto.



En seis años y medio de gobierno, YPFB ha procedido a cambiar 5 presidentes y han sido 5 los escándalos que han ensombrecido esas administraciones. Sin la necesidad de recurrir al homicidio como en el primero, cada una de estas subsiguientes gestiones se las arregló para afinar su habilidad de delinquir, con la misma maestría de la mafia siciliana, hasta llegar al último saqueo donde un azar del destino y la inefable ayuda de Johnny Walker, hicieron posible que el gerente de la planta separadora de líquidos termine su farra en una colisión de tránsito donde, aparte de destruir el vehículo oficial que dirigía, en lugar de llevarse los documentos que destapaban su corruptela, con vocación de chapista sólo atinó a llevarse insólitamente las puertas del vehículo, asestando así el que sería el golpe de gracia a nuestra empresa.

En medio de esa tozuda política de no dar paso al sentido común por más errado que uno estuviera, el presidente interino de YPFB aduce: “que goza de la confianza del presidente” y éste a su vez ratifica dicha afirmación mencionando que el postizo funcionario: “goza de su total confianza”, a pesar de que este elemento, como máxima autoridad de la empresa, tiene la ineludible obligación de responder por lo que regenta y como tal, por cualquier daño moral o económico que a través de YPFB se infiera en contra del pueblo boliviano.

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Estamos acostumbrados a contemplar las diligentes actuaciones del Ministerio Público cuando de ensoguillar opositores en la cárcel se trata, sin embargo, los hay también aquellos correctos fiscales como aquel, que por haber tomado su tarea en serio fue cambiado ipso facto, después de lograr la confesión del actor del delito y llevar con autoridad y honradez la investigación sobre la corruptela en YPFB.

Antes de acometer las labores de erradicación de la extrema pobreza, como nos ha sido anunciado en un último mensaje, sería menester erradicar también la extrema riqueza generada por la corrupción, el contrabando y el narcotráfico, taras que traen aparejada la inseguridad ciudadana, y la certeza de que Ya no Podemos Fiarnos de tanto Bellaco.