«Yo cavé el agujero donde se refugió Saddam Hussein»


hussein El iraquí Alaa Namiq, el hombre que ayudó a esconder a Saddam Hussein, rompió su silencio, casi nueve años después de la captura del ex dictador iraquí, cuando los seis meses que pasó en la prisión de Abu Ghraib han quedado en el pasado y los humos de ganar un dinero por el supuesto libro sobre su historia se han disipado.

El hombre, de 41 años, se decidió a hablar con el diario estadounidense The Washington Post, donde contó que “yo cavé el agujero” donde se refugió Saddam, lo ayudó a grabar los discursos dirigidos a sus seguidores y colaboró en los nueve meses de clandestinidad del derrocado gobernante.

Namiq, quien tiene una parcela cerca de Dawr, a pocos kilómetros de la aldea natal del ex presidente iraquí, explicó que Saddam llegó un día hasta allí, tras la invasión angloestadounidense de marzo de 2003, “a pedirnos ayuda y le respondí que sí.



El me dijo: ‘Es posible que seas capturado y torturado’.

Pero en nuestra tradición tribal y por la ley islámica, cuando alguien necesita ayuda, se le acoge”, explicó. Así, este iraquí y su hermano mayor, Qais, colaboraron en la protección del entonces fugitivo. Lo ayudaron a moverse por distintas casas de la zona. Namiq explica que Saddam nunca usó un teléfono, porque sabía que podía ser la vía para que los norteamericanos lo detectaran y lo atraparan.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

En su meses oculto, el ex dictador leía y escribía, prosa y poesía, textos que fueron confiscados tras su captura, el 13 de diciembre de 2003. En ese lapso clandestino nunca vio a su esposa y a sus hijas, pero sí les escribió cartas. Quienes lo visitaron fueron sus hijos Uday y Qusay, quienes fueron muertos en un combate el 22 de julio de 2003. Además, en esos meses, Saddam divulgó varios mensajes grabados para sus seguidores, llamándolos a combatir contra las tropas ocupantes. Namiq se ocupaba de grabar la voz del ex gobernante en una pequeña grabadora.

Y para confundir a los analistas de inteligencia, una vez viajó hasta Samarra, a 10 kilómetros, para grabar los sonidos del tráfico urbano y así mezclar esos ruidos con la voz de Saddam.

“Yo quería marear y confundir a los estadounidenses”, explicó. A la luz de sus palabras, Alaa Namiq pareciera admirar a Saddam Hussein. “El sabía que algún día sería capturado y ejecutado. En su corazón, sabía que había perdido todo y que ya no era presidente. Así que empezó con algo nuevo: la jihad (guerra santa) contra los invasores.

El sacrificó todo lo que tenía, incluidos sus dos hijos, por el bien del país”, afirmó. Saddam fue encontrado por los estadounidenses en el minúsculo búnker que Namiq había construido en su parcela y fue ejecutado en diciembre de 2006.

Tras la captura de Saddam, los hermanos Namiq fueron llevados hasta la cárcel de Abu Ghraib, donde pasaron seis meses de pesadilla. Ahí fue golpeado, mordido por perros y sometido a ejecuciones falsas. En la actualidad, el antiguo protector de Saddam acaba de abrir un pequeño y humilde restaurante que espera le dé para vivir.

Fuente: La Tercera