Los muertos tienen sed


Ismael Schabib Montero*Como se sabe, el 11 de septiembre se cumplieron cuatro años de la balacera que se produjo en la localidad de “Porvenir”, en el Departamento Pando; que tuvo como detonante la muerte de dos autonomistas: el ingeniero Pedro Oshiro y el Sr. Alfredo Céspedes; ambos asesinados a sangre fría por unos “pacíficos marchistas”. El primero con un tiro en la cara y el otro en el pecho. Podemos estar seguros que si no se asesinaba a esas personas, el enfrentamiento no se hubiera producido. Pero los estrategas de la marcha buscaban el enfrentamiento para que se cumpla el plan. ¿La receta cubana?Inicialmente la gran mayoría de los bolivianos se tragó la “mentirota” de que Leopoldo Fernández es un asesino, que su gente había esperado en el camino a unos inocentes marchistas y los había masacrado. Hubieron hechos que levantaron sospechas sobre el montaje del gobierno, uno de ellos muy contundente, las declaraciones de un sicario que había participado a favor de los marchistas que después fue entrevistado por un medio de comunicación. Existen otros elementos que nos hace pensar que este acontecimiento tuvo, además, el visto bueno de otros gobiernos de la región; una de esas claras señales fue que UNASUR encomendó al subsecretario de Derechos Humanos del gobierno de Kirchner, Rodolfo Mattarollo, hacer una investigación e informar sobre lo sucedido en “Porvenir”.¿Sabe usted quién es ese individuo? Un fundador del grupo terrorista argentino, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), uno de los hombres de mayor confianza del líder de ese peligroso grupo: Enrique Gorriaran Merlo; grupo que se hizo muy famoso porque en el último gobierno de Perón, parte de su estrategia para tomar el poder, era asesinar militares de todas las jerarquías a sangre fría. Posteriormente, estos golpearon al gobierno de la viuda de Perón y se vengaron con creces. Si los del ERP no hubiesen actuado de esa manera, posiblemente nunca se hubiera producido la horrenda guerra sucia en la Argentina. Mattarollo, un asesino con mucha experiencia, ¿A qué fue a Pando? ¿Fue a tapar las huellas dejadas por los operadores de esa tragedia? Hacer volver el tiempo atrás del 11 de septiembre del 2008 no podemos, pero buscar la forma de que se haga justicia en el escenario que sea posible, sí, se puede. Esos muertos honrados tienen sed de justicia y sus familiares que están en este mundo se la merecen para tranquilizar sus conciencias y apaciguar la bronca que sienten. También para que retornen las centenas de exiliados políticos que huyeron al Brasil como consecuencia de ese hecho fabricado y porque todos los bolivianos la necesitamos, para que no se vuelva a repetir, y se convierta en una mala costumbre, como los bloqueos.Esta es una de las muchas razones por las que debemos ganar las elecciones el 2014, para saber la verdad y se haga justicia. *Vicealmirante de la República