Marcelo S. DabdoubLos últimos meses han colmado de pesimismo a la sociedad cruceña. La crisis institucional del Municipio, el miedo de una posible destitución del único Gobernador opositor al Masismo, la omnipresente inseguridad ciudadana, los ataques contra la libertad de expresión y el debilitamiento del Movimiento Autonomista han convencido a muchos de que, en el mes de nuestro juramento por la independencia y libertad, no queda más que despedirnos de nuestros sueños y proyectos, despedirnos del Camba.Pero sucede que nosotros, los Cambas Pyau (en Guaraní significa nuevo, moderno, naciente), también merecemos tener una herencia, una identidad propia que la considere y además, formar parte esencial en la toma de decisiones del proyecto cruceño. Mucho ha cambiado desde los tiempos de la Santa Cruz de Antaño, nuestro pueblo pobre y polvoriento se transformó en una ciudad floreciente, de iniciativa e ímpetu arrollador. Este proceso es fruto de los esfuerzos de los Cambas de Antaño: Del Estado Central nunca pudimos esperar algo y, debido a su ausencia y desinterés, nació el estímulo para este magnífico proceso. Los distintos individuos de nuestra tierra cerraron un pacto social, unificaron sus fuerzas y organizaron desde los servicios de agua, electricidad, telefonía, la construcción de calles hasta el recojo de basura. Esta valiente generación edificó la institucionalidad e infraestructura en la que yace el éxito de este departamento. Pero este progreso también ha sido acompañado de una transformación social y cultural, pues es una falacia sugerir que una sociedad debería ser un ente estático. ¡El Camba no se nos muere, éste simplemente avanza en el proceso evolutivo trazado por él mismo!Los Cambas Pyau representan también un cambio idiomático en la región, consecuencia que evidencia el esfuerzo de las anteriores generaciones que nos prepararon para afrontar la globalización. Esto no es dramático como muchos románticos lo describen. Es cierto que ya no comunicamos con palabras como jisunú, cotibí, concha parada y siripi; pero hablamos con “vos” (“el que no lo hace, no es Camba”) y sí valoramos jenecherú e iyambae, palabras que conllevan a un sentimiento profundo de lo que significa ser un Camba.Se insinúa también que los Cambas Pyau no están comprometidos con el presente y futuro de la región. Este tema es bastante complejo y merece explicaciones responsables, puesto que el ilusorio “desinterés” de la Juventud Cruceña es solo una de las consecuencias de la crisis institucional y el evidente desacuerdo generacional con la élite cruceña respecto a las formas de organización y los procesos de toma de decisiones. Sucede que los Cambas Pyau tenemos diferencias fundamentales que se manifiestan, entre otras, en formas de organización radicalmente opuestas a las de los Cambas de Antaño. No creemos en estructuras de poder que habilitan dirigentes para que hablen en nombre de todos a través de la delegación del poder, nuestra generación ya no cree en líderes mesiánicos, cualquiera sea su ideología.Creemos en colectivos descentralizados que minimalizan el principio de representación en beneficio de la participación directa de cada integrante en proyectos de carácter concreto. No nos interesa el actor cívico/político, nos interesan los ideales e ideas que nos traigan bienestar y solucionen los distintos retos sociales.Los Cambas Pyau requieren espacios sociales y políticos para poder implementar esta concepción en el proyecto cruceño. El reto de los próximos años no será solucionar un ficticio “desinterés” de la Juventud, sino más bien, crear espacios en los que se pueda implementar estos cambios.En el mes de la Cruceñidad, no nos despidamos del Camba. Saludemos y alentemos una generación de jóvenes comprometidos con el futuro de la región más exitosa de Bolivia, pues serán éstos los que defenderán el legado de sus antepasados y consolidarán el liderazgo cruceño en el ámbito económico, social y finalmente, el político. ¡Nosotros, los Cambas Pyau!Solicito, por lo tanto al lector, considerar una placa conmemorativa instalada en la fachada del mítico “Club Social 24 de Septiembre”, que honra el significado de la Libertad: “Mientras observa el choque del cielo y la llanura, vienen a su memoria tiempos remotos de sufrimiento y lucha. Y como el clamor del río turbulento, persigue y exige incesablemente este noble fin, porque el ser cruceño es ser libre y desde su primer respiro, la autodeterminación yace en él. ¡Siempre libres, Cruceños, seamos!, es el grito que juramos cumplir.”Estas palabras fueron escritas por un Camba Pyau, cómo también pudieran haber sido escritas por un Camba de Antaño.