Todo parece indicar que el mineral encontrado en La Paz, del que primero se dijo que era uranio y luego tantalio, sería parte de un nuevo capítulo en las “relaciones peligrosas” Bolivia-Irán.
Así lo confirmaría una investigación realizada por la inteligencia del Brasil, en conjunto con el ejército y la policía federal del vecino país.
Un diario de Rondonia señala que el tantalio habría salido de una mina de Guajara-Mirim y que fue introducido en Bolivia de manera irregular por venezolanos, que planeaban llevarlo a su país como primera escala y luego a Irán.
Lo peor del asunto es que el tantalio es utilizado en la construcción de reactores nucleares, misiles y motores para cohetes, dada su alta resistencia al calor, la abrasión y la corrosión.
Por esta razón, el tantalio fue incluido por la ONU en la lista de productos que no pueden ser exportados a Irán, ya que tendría uso militar.
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Lo que quiere decir que Bolivia y Venezuela se han convertido en parte de una cadena ilegal de abastecimiento para el programa bélico iraní, violando las sanciones de Naciones Unidas.
Esto no puede ser desconectado del hecho de que los mandatarios de ambos países, Evo Morales y Hugo Chávez, son estrechos aliados del gobernante de Irán, Mahmud Ahmadinejad.
Posdata: es altamente probable que el operativo policial que descubrió el embarque de tantalio en La Paz no haya sido comunicado al Ministerio de Gobierno sino cuando estaba a punto de llevarse a cabo…