Emilio MartínezConocíamos desde meses atrás una versión sobre el plan, digitado desde la sede de gobierno, para arrebatarle el control de la Manzana 1 a los artistas cruceños y traspasarlo a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB), que operaría en ese espacio por medio del Centro Cultural Santa Cruz.Y sabíamos que el instrumento jurídico que se pretendía utilizar para ese objetivo era la propiedad del edificio puesta en manos del Congreso.Es demasiada casualidad (es causalidad) que ahora al presidente de la Brigada Parlamentaria Cruceña se le ocurra pedirle a los artistas que desalojen la galería para supuestas refacciones. Hay gato encerrado.Si bien los artistas dieron una lección de activismo, logrando movilizar a un segmento importante de la ciudadanía en defensa del espacio cultural de la Manzana 1 y congelando la iniciativa de virtual expulsión, será necesario que tengan en cuenta que probablemente este fue apenas el primer round de una lucha más larga, ya que el asunto no partiría de una simple ocurrencia del presidente de la Brigada, sino que estaríamos ante una decisión centralista tomada desde altas esferas institucionales.