Llegó con perfil bajo y como un perfecto desconocido, pero ayer hizo historia al convertirse en el primer campeón del Gran Premio Integración del Oriente que corre en la categoría motos. El portachueleño Richard Melgar se impuso en la clasificación general de la 34 versión de esta competencia, seguido por Fernando Taborga, de la T1; y Anthony Arias, de motos.
Cuando frenó ayer y se sacó el casco, en Villa Bonita (meta final), su rostro empolvado y con claras muestra de agotamiento extremo cambió por los aplausos de toda la gente que estaba en el lugar. Su esposa y sus hijas lo abrazaron, pues su victoria estaba consumada. Los periodistas comenzaron el interrogatorio para que deje el anonimato y se convierta en el rival a vencer el próximo año por los pilotos de punta. Melgar confesó que se inscribió en el Integración con el objetivo de participar y de conocer la prueba, pues era su debut, pero cuando en la segunda etapa se convirtió en el líder de la clasificación general, todo cambió. “Me di cuenta de que podía ganarla y corrí para conseguirlo”, comentó el portachueleño.
En la tercer y cuarta etapas cedió la punta a Eduardo Aponte y a Fernando Taborga, respectivamente, pero mantuvo su ritmo y cuidó su máquina, lo que a la larga se convirtió en la fórmula para ganar. Aponte y Taborga sufrieron retrasos por fallas mecánicas, y Melgar recuperó la cima en la quinta etapa del viernes. El sábado mantuvo su privilegiado puesto y soportó el acoso del joven Anthony Arias (17 años), que se convirtió en el segundo y la diferencia entre ambos era de solo 1 minuto y 13 segundos, que no permitía errores para la última jornada. Ayer, ambos animaron la jornada.
En la primera prueba especial (PE), que une Guarayos con Núcleo 47, Arias cruzó la meta muy cerca de Melgar, achicando la diferencia a 20 segundos, pero sufrió una dura caída en la segunda PE (circuito en Montero) y fue desplazado al tercer lugar, a 18 minutos de Melgar y a 13 de Taborga, que volvió a la segunda posición. En la especial 3, entre el puente Burapucú (La Bélgica) y la termoeléctrica de Villa Bonita (Urubó) mantuvieron sus posiciones y subieron así al podio de la clasificación general. El que dio un susto en el último tramo, de los 2.327 km recorridos en 10 días, fue Juan José Romero.
Fue el primero en cruzar la meta, pero cuando faltaban 200 metros para llegar a la zona donde estaba el público tambaleó en su moto y se dejó caer. Estaba rendido y fue asistido por sus familiares y amigos, pero lo peor llegó cuando el motociclista logró avisar que Ronny Paz, que corre en la T1 y es navegado por su hijo Carlos, se había caído en un puente situado a unos 800 metros. La esposa de Ronny, María del Carmen Gutiérrez, pensó de todo y entró en desesperación. Intentó meter al auxilio a la ruta, mientras lloraba, pero minutos después llegó Ronny como un héroe. En total, 24 tripulaciones, de las 41 que largaron, lograron completar el recorrido.
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