Caracas es un hervidero político. Como en todo el país, la población está polarizada. En cada esquina se puede ver un puesto de propaganda a favor del presidente Hugo Chávez y, al mismo tiempo, pero más tímidas, banderas de Primero Justicia, el partido del opositor Henrique Capriles.A pocos días de las presidenciales venezolanas, entre la gente se denota tensión. Hay incertidumbre de lo que pueda ocurrir ese día y si, tras conocerse los primeros resultados, va a haber conatos de violencia, tal como lo ha advertido el oficialismo.Si bien el presidente Hugo Chávez afirmó que reconocerá los resultados, ha dicho que, de perder, se generaría una «guerra civil». En los últimos días, en cada discurso en plaza pública ha hablado de un plan preparado por la «ultraderecha internacional» y de «la oligarquía» para desestabilizar a Venezuela tras los comicios del próximo domingo. Ha afirmado, también, que la oposición cantará fraude.Sobre la existencia de este supuesto plan lo ha secundado prácticamente todo el partido. Incluso, este martes, el ministro de Defensa, general Henry Rangel, afirmó en la televisión pública que había más de 139.000 hombres dispuestos a combatir. «Hemos identificado quiénes son y cuáles son las tareas. Tenemos el control de la situación», dijo y agregó que ya tienen un plan para sofocar dichos grupos. Incluso, hay voces del oficialismo que ya han empezado a hablar sobre la conformación de un supuesto grupo antigolpe.Por ejemplo, Édgar Asuaje, aspirante a la gobernación de Yaracuy y exguerrillero del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización que nació en los años 60, le dijo a ELTIEMPO.COM que si hay ataques están dispuestos a armarse. «Ya hay un plan para combatir el plan de desestabilización. En este grupo hay exmilitantes del MIR. Esto no tiene anuencia del presidente Chávez, pero estamos listos para defenderlo», dijo Asuaje, quien no contestó de dónde saldrían las armas.Cierto o no, la posibilidad de actos violentos está en el orden del día. Para la oposición, la cual ha sido señalada por el presidente Chávez de querer alimentar estos actos violentos, es una estrategia para colmar de miedo a la población. María Teresa Romero, líder de la campaña de Capriles, le dijo a este diario que «los únicos que están en capacidad de desestabilizar al país es el mismo Gobierno, que tiene las armas y los círculos bolivarianos».Romero afirmó que lo que ha manifestado el oficialismo les ha traído problemas en la campaña. «Están creando miedo. Simpatizantes nos han buscado y nos han llamado porque dicen estar amedrentados y han manifestado que se sienten cohibidos para votar por la oposición. Lo que quieren es generar abstención», advirtió Romero.Sobre si Capriles va a aceptar o no los resultados, Romero insiste en que sí admitirá los resultados, «siempre y cuando se cumpla la voluntad del pueblo».»A priori, no estamos diciendo que va haber fraude, como lo ha dicho el Gobierno. Lo que estamos afirmando es que, de tener evidencia confirmada de falta de transparencia, lo tendremos que denunciar como lo haría cualquier candidato del mundo», dijo Romero.El Tiempo – Caracas