La población ya no se siente representada por la entidad sindical. Apenas 11% opina que la COB defiende a todos los trabajadores.
El 50% de encuestados cree que COB representa a pocos obreros
Página Siete / La Paz – 06/11/2012
La vieja Central Obrera Boliviana (COB), décadas atrás ejemplo latinoamericano de unidad de los trabajadores, ya no es aquella que concentraba a cientos de miles de asalariados con los mineros como vanguardia política.
La última encuesta de IPSOS da cuenta de que la actualidad de la COB es más bien gris.
50% de la población opina que la máxima entidad sindical del país apenas defiende los intereses de la minoría de los trabajadores. Sólo 11 de cada 100 cree que ésta representa a todos los obreros y asalariados.
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Como prueba elocuente e incuestionable de que el tiempo no ha dejado de transcurrir y que los años de gloria ya pasaron, de a poco han comenzado a partir los líderes históricos de las luchas que protagonizó la COB en el transcurso del siglo XX. El último de ellos, la anterior semana, fue Simón Reyes.
El dirigente del Partido Comunista de Bolivia y secretario ejecutivo por varias gestiones de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) fue despedido y reconocido por toda la clase política boliviana vigente.
Reyes fue el líder de la última gran movilización de la COB y del proletariado minero: la marcha “Por la Vida”. En agosto de 1986 intentó llevar a sus bases hasta La Paz para frenar la relocalización en las minas y la inminente instauración del neoliberalismo en Bolivia.
“Si llegábamos a La Paz, hubiera sido otro cantar”, señala el último testimonio que dejó en vida, a finales de septiembre. El mismo fue brindado a la investigadora Clara Berríos y publicado en el libro 30 años de democracia en Bolivia, editado por Página Siete y presentado hace un mes.
Desde aquella histórica marcha, la Central Obrera Boliviana perdió casi todo su protagonismo político, pues el régimen liberal impuso una reorganización laboral en la que se cerraron fábricas, desaparecieron sindicatos y se disparó el fenómeno de la economía informal.
26 años después los resultados de IPSOS destapan la realidad de la COB. Pese a que otros sectores sociales, como la CSUTCB, CIDOB, Conamaq, etc., están afiliados a la Central Obrera, pocos se sienten representados.
La máxima entidad sindical del país se alió al Movimiento Al Socialismo para los procesos electorales de 2005 y 2009.
Después del gasolinazo fallido que el Gobierno promulgó y derogó en la Navidad de 2010, la COB rompió con el oficialismo.
En los últimos dos años la dirigencia logró articular movilizaciones por el incremento de sueldos, pero poco pudo influir en otros conflictos como el de la carretera por el TIPNIS.