El hilo se rompe por lo más delgado

Álvaro Riveros TejadaLa controversia suscitada entre la presidenta de la Cámara de Diputados Dra. Rebeca Delgado y el ministro del interior Carlos Romero, alcanzó ribetes de patetismo en una entrevista difundida por la red de T.V. Cadena A, donde la diputada y cuarta persona más importante de la nación en lo que a la prelación presidencial se refiere, estuvo visiblemente compungida y al borde del llanto, por las declaraciones que Romero emitió en una emisora, indicando que:“Rehúye de toda polémica con la parlamentaria, pues sería rebajarse, ya que ésta no está a su nivel académico, para cuestionar ningún proyecto de Ley” para luego fundamentar: “No conozco que haya elaborado una propuesta seria en su vida y no conozco que haya hecho una investigación académica seria”.Luego de calificar las expresiones del ministro de discriminatorias, patriarcales y coloniales, la Dra. Delgado añadió que no había necesidad de lanzar dichas ofensas ya que éstas, proviniendo de un compañero de partido, lastiman mucho más que las vertidas por alguien de la oposición y si la motivación consiste encapturar la presidencia de la Cámara, ella estaba dispuesta a cederla dentro de un mes, sin mayor trámite.Lo curioso de este extraño impasse, que tuvo su origen en la controvertida Ley de Extinción de Dominio de Bienes a favor del Estado, es que la impugnación de la parlamentaria a dicha norma coincide con la de los movimientos sociales que vienen protestando por su aplicación como: Transportistas, Gremiales y otros que no cejan en su intento de disuadir a los asambleístas para que la dejen sin efecto, elevando así, desproporcionadamente, el precio de esta factura política que amenaza horadar seriamente las bases mismas del gobierno.El choque entre altas autoridades de gobierno no tiene nada de inusual en nuestra convulsionada vida política, que está plagada de este tipo de controversias. La situación se trona gravosa cuando estas disputas se vuelven una amenaza a la estabilidad misma del régimen imperante. Estas peleas evocan a las de los dinosaurios que, si bien no se hacían daño entre ellos, devastaban el follaje y todo lo que les rodeaba.Cada vez son mayores los entripados entre miembros del propio gobierno que luchan bizarramente por hacer valer sus razones. Es el caso del magistrado nigromante Alberto Cusi, que de héroe pasó a villano en un santiamén, hasta que algún alma bendita e inteligente advirtió que pelear contra él era como boxear con el muñeco de brea, a la postre uno se quedaría pegado a él. Entonces, fue salvado por el presidente del Tribunal Constitucional que le lanzó un salvavidas al afirmar que ningún magistrado de ese ilustre tribunal podía ser convocado por la Asamblea Legislativa Plurinacional, por que no tenía facultades para ello.En el caso que nos ocupa, consideramos que el ministro Carlos Romero que acaba de emprender una denodada lucha contra frentes internos de corrupción, opte por disculparse ante su colega, si no lo ha hecho todavía, a fin de evitar que el hilo se rompa por lo más delgado.