Ismael Schabib Montero*
Hoy, 18 de noviembre, recordamos dos acontecimientos que guardan relación, la batalla de Ingavi y el aniversario del Departamento del Beni. Un hecho es consecuencia del otro. No debería caber dudas en nosotros los bolivianos que, la batalla de Ingavi, por sus resultados, es uno de los acontecimientos que deberían estar inscritos con letras de oro en nuestra historia, por que selló definitivamente la independencia de Bolivia y porque fue una victoria construida, no un hecho fortuito.
Una victoria que se construyó con el talento y paciencia de su conductor, Ballivián, la nobleza de Velasco al deponer sus ambiciones personales y entregar los mejores medios materiales que tenía, en aras del interés nacional y, la valentía y destreza del general Agustín Saavedra. Velasco y Saavedra eran oriundos de Santa Cruz. Ballivián era nacido en La Paz.
El Departamento del Beni se creó, como lo sabemos, en homenaje a la victoria de de Ingavi, el 18 de noviembre de 1842. Algo extraordinario, gran honor que se hizo a este girón patrio: ser hijo de una victoria.
En la actualidad el Beni está pasando por un momento políticamente especial, por cuanto ha sido irrespetada su voluntad democrática al deponer a su Gobernador con un pretexto cualquiera, como lo suelen hacer las dictaduras, lo que ha traído como consecuencia que se tenga que convocar a nuevas elecciones regionales para elegir a una nueva autoridad departamental; para concluir el tiempo de gestión que se le negó al Ing. Ernesto Suarez.
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El gobierno juega con las necesidades del Beni al sostener, como ya lo hizo en la anterior elección, que sólo con un gobernador de su partido se entendería bien; dicho de otra manera, sólo para su candidato, si es ganador, habrán recursos económicos; eso es un chantaje. Los recursos de Bolivia son para los bolivianos, no son propiedad de ninguna administración gubernamental pasajera.
Quieren gobernar al Beni desde el Ministerio de la Presidencia debido a las características de su candidato, que nadie niega que tiene atributos excelentes, pero que no son compatibles con los que se necesita para dirigir una gestión exitosa. La belleza adorna pero no hace gestión; se hace gestión con conocimientos.
Los benianos debemos votar pensando que este no es un gobierno democrático, que es imperativo retirar del poder a un gobierno dictatorial y racista, corrupto y muy sospechoso de tener compromisos con la lacra del narcotráfico; y aquello pasa porque la Gobernación del Beni no se convierta en una pieza más de la fraudulenta maquinaria política del MAS; puede resultar tentador cerrar los ojos de la dignidad para permitir que este gobierno derrame recursos económicos en el Beni o contribuir a su debilitamiento para la cita democrática decisiva que serán las elecciones generales del 2014.
No permitamos que se consoliden los que han sido enemigos de los anhelos del Beni, los que nos han tratado como a sus enemigos, no como a otros bolivianos. Después que nos impusieron una falsa autonomía departamental hecha a la medida del centralismo y no de nuestras legítimas aspiraciones. ¡Viva el Beni! ¡Viva Bolivia libre de la dictadura!
*Vicealmirante de la República de Bolivia