La Inquisición del MAS se devora a sí misma

Ex testigos estrella del gobierno que acusan al régimen de ser el verdadero autor de los atentados con explosivos del caso Rozsa. Ex asesores de los ministerios de Gobierno y de la Presidencia acusados por los titulares de esas carteras de ser los auténticos culpables de torcer la justicia.Ministros actuales que apuntan con el dedo a ex ministros.Ex ministros y ex viceministros que señalan acusadoramente a sus sucesores.Tal es el escenario que se ha ido dibujando en las áreas del gabinete encargadas de la persecución a los disidentes: la Inquisición del MAS, que hoy parece devorarse a sí misma.Nada nuevo, en realidad, en la historia de la humanidad, ya que esta tragedia de ribetes irónicos se ha repetido cada vez que un Estado autoritario o totalitario puso en marcha una maquinaria persecutoria que, tarde o temprano, se volvió contra sus ejecutores y creadores.Sucedió en la Revolución Francesa, donde los jacobinos guillotinadores acabaron perdiendo la cabeza en su aparato favorito; pasó en la Revolución Soviética, cuando los fundadores del Ejército Rojo terminaron fusilados por Stalin; sucedió en Cuba, donde muchos compañeros de Castro en la guerrilla de Sierra Maestra fueron a dar al paredón.No alegaremos que esta sea una crisis terminal del sistema inquisitorial del régimen, que probablemente logre recomponer temporalmente la maquinaria con nuevos cuadros.Pero la desconfianza interna ha quedado instalada y esa sombra irá creciendo con el tiempo. La Revolución, así sea democrática y cultural, siempre devora a sus hijos…[email protected]