Después de ser echado por Passarella, Almeyda había dicho que le gustaría dirigir contra Lanús. Sin embargo, finalmente no estará en el banco el domingo, en el Monumental. Ya está en la práctica de Ezeiza. Cerca de las 16.30 llegó Matías Almeyda, en un día movido. Cerca de la medianoche se enteró de que no seguirá como técnico, a la tardecita se juntó cara a cara con Passarella en la casa del presidente y luego, en el mismo auto, se fue al entrenamiento en Ezeiza. Su ciclo ya fue y está en plena despedida, en un miércoles caluroso.
Y no dirigirá el domingo en el Monumental, más allá de que había dicho que “quiero lo mejor para River, ojalá pueda despedirme de la gente”. Más tarde se decidió a no estar presente contra Lanús. Antes del entrenamiento, Almeyda, Passarella y todo el cuerpo técnico de River se reunieron en la casa del presidente para ultimar los detalles del alejamiento del Pelado del banco millonario. Luego de una breve charla puertas adentro, el Kaiser escoltó a la comitiva hacia el portón y despidió a un Almeyda que, extrañamente, esbozó una sonrisa.
Luego el Pelado tendría un breve diálogo con la prensa. Allí, confirmó que dejaría de ser el técnico de River y tiró: “La reunión fue buena, si Dios quiere voy a dirigir el domingo contra Lanús, después no sigo”. Acto seguido, Almeyda aseguró que iría a la práctica vespertina y brindará una conferencia de prensa para explicar los motivos de su alejamiento.
Fuente: Olé