Ayer anunciábamos el lanzamiento de un complemento muy especial para el Samsung Galaxy Note 2. Se trataba de una batería del reputado fabricante Mugen Power, acostumbrado a equipar a los más representativos smartphones del mercado con baterías de mayor capacidad a la original. En el caso del Galaxy Note 2, la propuesta se elevaba hasta los 6.400 mAh, suficientes para duplicar la autonomía del modelo. Sin embargo, las últimas fotos publicadas demuestran un excesivo tamaño extra en su parte trasera. ¿Hasta qué punto sacrificarías la comodidad por la extensión de la autonomía de tu smartphone?
Los actuales modelos, con la configuración oficial de fábrica, presentan un diseño suficientemente ergonómico, pero con una duración de la batería ciertamente insuficiente para la gran mayoría. De ahí que Mugen Power base su negocio en la venta de baterías y carcasas a medida, especialmente diseñadas para compensar ese desequilibrio energético. En otros modelos el resultado es óptimo. Una batería con una capacidad entre un 20 y un 25% mayor respecto a la de origen sirve para mejorar la autonomía sin perjudicar en exceso el diseño del terminal.
En el caso del Samsung Galaxy Note 2, la situación se complica. Al tener una pantalla tan grande y prestaciones de último nivel, el gasto energético es considerable y la ganancia de unas cuantas horas más de autonomía mediante baterías de, por ejemplo, 3.800 mAh (un 25% más respecto a los 3.100 mAh de la batería original) no compensaría su compra. De ahí que el equipo de Mugen diseñase un conjunto de 6.400 mAh. Supone más del doble de capacidad y autonomía. Dicho así sobre el papel, con estadísticas de los resultados, suena tentador. Sin embargo, la publicación de una fotografía de la parte trasera del Samsung Galaxy Note 2 con dicha batería literalmente asusta. Dado el aumento de grosor de la nueva batería, el pack de venta también incluye una carcasa trasera diseñada para cubrirla.
No se han publicado las dimensiones exactas (grosor principalmente), pero a juzgar por la imagen es bastante superior a los 9.4 milímetros anunciados por Samsung. Tampoco se menciona el sobrepeso que supone alojar una batería de semejante capacidad. Si sumáramos los gramos extra a los del Samsung Galaxy Note 2, de 180 gramos, ¿cuánto pesaría el conjunto? Posiblemente nos fuéramos hasta los 240 o 250 gramos, un cuarto de kilo. De hecho, la propia carcasa trae un soporte extraíble soltar el terminal en momentos como la visualización de vídeos.
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No en vano, este tipo de baterías son muy comunes en tabletas con pantalla de entre 7 y 9 pulgadas. Llegados a este punto, ¿es realmente útil incorporar este tipo de baterías a un dispositivo como el Samsung Galaxy Note 2? ¿Compensa la extensión de la autonomía frente a semejante grosor y peso del conjunto? ¿Podría alguien llevarlo cómodamente en el bolsillo de un pantalón? Todo por el módico precio de 100 dólares, unos 76 euros.
Fuente: Movilzona