El nuevo embajador europeo Timothy Torlot habló de sus planes en Bolivia. La falta de un mecanismo de solución de controversias inhibe la llegada de inversores, según el diplomático.
Timothy Torlot, embajador de la UE (der) con periodistas de Página Siete
A poco más de un mes de su llegada, el nuevo embajador de la Unión Europea en Bolivia, Timothy Torlot, accedió a conversar con Página Siete sobre la proyección de su trabajo en el país basado en cuatro áreas específicas.
El nuevo diplomático dirigirá un programa de apoyo a Bolivia de más de 300 millones de euros (386 millones de dólares), en apoyo presupuestario al Gobierno boliviano y cooperación con la sociedad civil y privados.
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Éste es el diálogo con el nuevo representante europeo.
-Página Siete.- Como nuevo embajador de la Unión Europea, en el marco de la histórica cooperación entre Europa y Bolivia, ¿cuáles son los objetivos para la gestión que comienza?
-Bolivia es un país que vive un momento muy importante de su historia, el presidente Evo Morales ha puesto en marcha muchos cambios políticos y sociales que han transformado la imagen del país. Bolivia tenía un déficit democrático referido a la exclusión y Morales ha logrado revertir este fenómeno, con la inclusión de una mayoría de la gente en las actividades públicas del país. La Unión Europea apoya fuertemente este proceso de cambio.
Nuestro enfoque de la cooperación está diseñado en cuatro áreas: en el área económica apoyamos la lucha contra la pobreza, con nuestros programas de empleo, de financiamiento para las pymes, al sector exportador y al sector minero, todo con la finalidad de promover el crecimiento del país.
Otra de las áreas fundamentales para Europa es la lucha contra las drogas, tanto en la reducción de la producción en Bolivia como también a futuro la reducción de la demanda.
El tercer rubro está en el área de recursos naturales, con apoyo en la gestión de cuencas, sobre todo con los problemas del cambio climático. Trabajamos en el tema del crecimiento de la población y la falta de agua.
La cuarta área es el trabajo de apoyo a la democracia, a los derechos humanos y la gobernabilidad del país para fortalecer los sistemas de inclusión, para indígenas, para las autonomías, para la gente más pobre, para las mujeres y los jóvenes.
-Página Siete.- De estas cuatro áreas, ¿cuál es la percepción que tiene la UE sobre el respeto o no de los derechos humanos en Bolivia, y esto vinculado al tema justicia?
-Éste es el tema que más he visto en mis seis semanas en Bolivia. He visitado la cárcel de San Pedro y el tema de la justicia lo considero como un símbolo de los desafíos que tiene el Gobierno boliviano, sobre todo con el desafío de la reforma. Estuve con funcionarios de Gobierno que se sienten frustrados con el proceso de reforma de la justicia.
Hemos visto cómo un 80% de la gente en las cárceles no ha enfrentado un juicio y no tiene una sentencia. Es un área que tenemos que trabajar y explorar para determinar si el Gobierno requiere nuestro apoyo en este campo, porque indudablemente se reconoce que se debe hacer algo al respecto.
-Página Siete.- ¿Podemos hablar de las áreas que cubrirá la cooperación en el campo de la justicia?
-Aún es temprano para ello, pero lo primero que haremos será iniciar un diálogo con el Gobierno, la sociedad civil e incluso el sector privado para examinar las futuras áreas de cooperación. En este rubro es usual que la UE preste apoyo financiero para diversos programas, con metas específicas que tienen que cumplirse para los respectivos desembolsos.
-Página Siete.- Este diario siempre ha destacado y compartido el proceso de inclusión de las grandes mayorías en el país, pero junto con ello se ha producido un cierto debilitamiento de las instituciones, por una parte, y, por la otra, hemos identificado que una veintena de los principales opositores al Gobierno tiene procesos. ¿Cómo ve este fenómeno la UE?
-Sí, he visto eso (los procesos a opositores), y para nosotros el respeto a la ley, por parte del Gobierno, de los opositores y de todos es fundamental.
Hay problemas de corrupción según las entidades de transparencia internacional, tanto dentro del Gobierno como en otras instancias políticas.
He visto también el compromiso del Gobierno de enfrentar este problema.
Por otra parte, cualquier país del mundo necesita una oposición fuerte, verdadera, que cuestione las políticas y que ofrezca alternativas políticas.
Un Gobierno se pone más fuerte con una oposición también fuerte, incluso las decisiones del Gobierno mejoran. También se requiere una sociedad organizada, un periodismo y organizaciones que cuestionen las acciones gubernamentales.
-Página Siete.- En el área económica de la cooperación, ¿cuál es la situación del comercio de Bolivia con Europa?
-La relación comercial entre Bolivia y Europa es muy fuerte. Seguimos siendo los inversionistas más importantes para Bolivia, con más del 60% de presencia, incluso a pesar de la crisis. Y esta inversión sigue aumentando, a pesar de un ambiente para la inversión que no es fácil en Bolivia, tanto por razones constitucionales como por la falta de una ley de inversiones.
También es difícil el ambiente para hacer negocios. Es un mercado pequeño y muy difícil, pero la inversión sigue.
El mercado europeo para Bolivia es muy grande, es abierto y hay la voluntad para hacer negocios, pero la competencia es con las economías de escala que permanentemente se disputan el mercado europeo, aunque siempre se pueden encontrar nichos para la exportación.
Otro tema con Bolivia es el mecanismo de solución de controversias, que no es claro porque la Constitución no reconoce la competencia de tribunales internacionales. Para algunos inversionistas es tan importante que terminan no ingresando al mercado.
-Página Siete.- El cuarto de los rubros es el tema drogas, ¿cuál es el enfoque que desarrollará la UE en Bolivia?
-Ésta es una de las áreas más importantes en la cooperación y la UE tiene definido su apoyo a la reducción de la oferta y el desarrollo alternativo, entre otros.