El día después


Gonzalo Pereira Quiroga – Pagina SieteUsted está leyendo esta columna hoy y está consciente de que el día de mañana no pasará nada. A pesar de que en el curso de los últimos años fuimos sometidos a un aluvión de tonterías acerca de lo que podría suceder el 21 de diciembre de 2012, nada raro pasó.Ahora debería quedar claro que los centenares de libros, de páginas web y millones de líneas de texto dedicadas a la predicción de lo que iba a suceder no fue nada más que un enorme fraude.En efecto, un cuerpo sorprendentemente grande de divagaciones hechas por seguidores del movimiento espiritual New Age, astrólogos, charlatanes, locos y oportunistas ha turbado inútilmente a la población. Interpretaciones falsas y artificiales acerca del calendario maya, el imaginado planeta Nibiru, la improbable e inusual tormenta solar, inexistentes alineamientos planetarios, el mito de los polos cambiantes, la Tierra que se mueve a través del centro galáctico o la llegada de una nueva era cargada de absurdas energías resultaron totalmente infundados.Pero lo que más debería llevarnos a la reflexión es el hecho de saber que estamos gobernados por personas que tienen el convencimiento de que el movimiento de los astros y sus posiciones en el cielo tienen efectos sobre los asuntos humanos. Una manifestación de irracionalidad y petulancia que sólo tendría sentido en mentalidades del siglo 13.Pretender disfrazar como “rescate del conocimiento ancestral” los preceptos de un movimiento espiritual norteamericano conocido como New Age (el tercer grupo religioso más grande de los Estados Unidos) es uno de los actos más irresponsables que se puede estar haciendo en contra de las naciones originarias, además de acabar con cualquier aspiración honesta de descolonizarnos.Al respecto, ¿no deberían los colectivos religiosos interpelar al Gobierno acerca del uso de importantes recursos económicos del Estado, pese a que nuestro país se ha declarado un Estado laico, para promocionar un movimiento espiritual cuya práctica -según algunos estudiosos del fenómeno New Age- es la versión religiosa del “SIDA”?Sólo esperamos que esta experiencia sirva como ejemplo para ver con seriedad y escepticismo las “profecías” futuras de estos charlatanes. Que los new agers, los falsos pronosticadores y astrólogos asuman su fracaso y el ridículo, un comportamiento que esos individuos no conocen y que de seguro ya deben estar revisando fechas para futuros pronósticos.¡Qué tengan, pasado mañana, un feliz sábado 22 de diciembre, otro día más en el planeta Tierra!*Gonzalo Pereira Quiroga es antropólogo y astrónomo.