La idiosincrasia de la “cumbia” villera y chicha


Gustavo Angelo*

ANGELO La cumbia se originó de ritmos indígenas precolombinos del Caribe Colombiano fusionados con los ritmos Africanos traídos por los esclavos e incorporó elementos de la cultura Española durante la conquista y la colonia.

En los ritmos musicales de la cumbia se reúne y refleja toda la etnopluralidad, la convergencia y fusión de culturas representativas de la idiosincrasia de un pueblo.



Comprender el papel de la cumbia en relación a identificaciones sociales, nacionales, étnicas y raciales es la contribución de un conjunto de elaboraciones que surgen en el marco de una intención que desarrolla el poder epistémico de la música cumbia en los procesos sociales.

Analizando las estructuras de los discursos de las “cumbias” sean villeras o chicheras, implica tratar de interpretar el lenguaje de las letras que está cargado de símbolos y metáforas, que si bien hacen referencia a elementos situaciones de la vida cotidiana; en el contexto de la composición se reacentúan según la terminología utilizada por Bajtín “reacentuación” para connotar una desvalorización de la mujer en alguno de los casos. Que ello posibilitaría focalizarlas como un grupo social y a partir de allí, se realizaría un análisis socio-antropológico para desentrañar qué se piensa sobre ellas y cuáles son los prejuicios que subyacen en la sociedad, en especial las letras de la “cumbia villera” que tiene un carácter negativo, pues se recortaría de todas aquellas cosas que no se encuadran en lo legítimo. Es decir, las letras describen el contexto social según los códigos de la “calle”, los códigos de la droga, de la situación de las mujeres, de la jerga delictiva y de la policía, del sexo, entre otros, y todo expresado en un lenguaje crudo y sin rebuscamientos, pero que a la vez, describiría un ambiente en el que se vive de una realidad de quienes habitan en las villas.

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Mientras que la cumbia chicha -caracterizado por la romanticidad de sus letras- tiene un lenguaje opuesto a la cumbia villera. Por ejemplo el grupo -La Rosa- en una de sus estrofas –expresa-; “Ya no quiero vivir así, extrañándote mi amor, si supieras como duele éste corazón, es qué te amo tanto y no estás aquí”. Letras reflejadas en los sentimientos y en los problemas económicos/sociales/culturales/ que se vive a diario en los pueblos rurales.

La gente en los Municipios/Comunidades/Distritos rurales del país, aprecian la cumbia chicha siendo la música más representativa para ellos y, llegando a formar parte de su cultura.

Para algunas personas la cumbia chicha no tiene sentido y no es de su agrado. Hasta se llega a pensar que no es cultura. Si piensan de esa manera ¡se equivocan!

En el artículo del señor Marcelo Guardia “Fiesta es también Cultura” publicado en el suplemento la Ramona del diario Opinión, quien –señala- “En Bolivia la mayoría de las culturas populares no está separada de sus dimensiones originales. Para las ‘élites nacionales’ eso no es arte ni cultura. Por eso no están en la historia oficial (colonial), de las elevadas expresiones espirituales. Para que las ‘élites cultas’ se den cuenta de que en los últimos años se ha producido una revolución estética y discursiva de los imaginarios mestizos urbanos y rurales con la vertiginosa renovación de la cumbia boliviana a través de los zapateos. Que los informales circuitos de producción y difusión de la llamada ‘música chica’ mueven más gente y recursos que cualquier otro espacio de producción cultural en Bolivia”

Las realidades sociales que se atraviesa por medio de la “cumbia” son productos de determinados usos lingüísticos, que son significados construidos mediante el lenguaje y que en razón de ello, éste nunca es neutral, sino que impone una perspectiva, una cosmovisión, una mirada sobre el mundo y las letras de las canciones constituyen formas o maneras de mirar sobre nuestra realidad expresando las vivencias cotidianas.

*Investigador en temas culturales