Newtown y el arsenal político

Ricardo Trotti – La PrensaLa conmoción social que causó la masacre de 20 niños menores de 6 años, en la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut, fue el detonante para que los líderes estadounidenses utilicen todo su arsenal político con tal de imponer restricciones al desmesurado uso de armas de fuego.Las últimas encuestas han influido en la actitud cambiante del presidente Barack Obama, desde que el joven Adam Lanza se suicidara tras quitarles la vida también a siete adultos con armas de alto calibre. La primera reacción de Obama fue tibia. Recién días después se asumió como líder, exigiendo controles y restricciones. Su cambio se debió, primero, porque pudo argumentar ante el silencio de la influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA) que, por vergüenza, ocultó sus cuentas en Facebook y Twitter por varios días.Segundo, le dolieron las críticas del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, líder de un grupo contra las armas de fuego y la NRA, que le reprochó: “El país necesita que envíe un proyecto del ley al Congreso para arreglar este problema. Hacer un llamado a tomar ‘medidas significativas’ no es suficiente. Necesitamos medidas inmediatas”. El público pretende cambios drásticos, como lo demostró con el envío de millones de cartas a la Casa Blanca y con sus opiniones en las encuestas de ABC News/Washington Post, CBS News y el Centro Pew.Una reacción distinta a la registrada durante otras masacres ocurridas en la presidencia de Obama, como las de este año en un cine en Aurora, Colorado y en un templo Sikh en Milwaukee, Wisconsin o la de 2010 en Tucson, Arizona, donde sobrevivió la legisladora Gabrielle Giffords, pero no tuvieron suerte otras seis personas. Según ABC, un 44% favorece las restricciones, porcentaje muy superior al 24% registrado tras el tiroteo en Aurora y al 31% luego de Tucson. El Centro Pew mostró que un 47% cree en mayores restricciones, mientras que el porcentaje sube al 57% según CBS, más abultado que el 39% que arrojó su misma encuesta realizada en abril.Las restricciones a las armas no tendrán un impacto definitivo, porque los tarados y enfermos mentales siempre se las rebuscarán para ensañarse con tiroteos a mansalva para llamar la atención. Pero, es un buen comienzo para debatir no solo el tema de la Segunda Enmienda constitucional que respalda un cuestionado derecho individual a portar armas, sino también sobre otros aspectos ligados a la violencia como salud mental, prevención, apología a través de video juegos, televisión e internet, donde es más fácil conseguir instrucciones para armar bombas y usar armas, que para hacer tareas escolares. Las expectativas están enfocadas en la responsabilidad del máximo líder.Obama tomó excelente determinación, pidiendo al vicepresidente Joe Biden comandar consensos y propuestas para que haya nueva legislación para prevenir otras masacres. La NRA en una tardía pero buena reacción de autocrítica, dijo que aportaría “contribuciones significativas”, pero se desdibujó este viernes cuando expió pecados responsabilizando de la violencia a la industria de medios, cine, música y video juegos, mientras que su gran contribución fue pedir un policía armado para cada escuela. Lo importante, en definitiva, es que el episodio en Sandy Hook ha obligado a los líderes a usar toda su voluntad y arsenal político para responder por los “angelitos” y al público en general. Es de esperar que Obama no permita que este consenso se disipe y use todo su capital político para que Newtown tenga un mejor significado en el futuro.