Puntualizando ciertas imprecisiones


Mauricio Aira

mauricio_aira2.JPG Declaraciones triunfalistas por todos los medios especialmente por la prensa oficial habla de logros y éxitos “nunca antes alcanzados en la historia de Bolivia”. Lo más curioso es que se anticipan al informe a la Nación que según la CPE el Jefe de Estado debe ofrecer a la Asamblea Legislativa el 6 de agosto, “Día de la Patria” para rendir cuentas de su mandato en el Año Fiscal. Los exitistas son en estas horas el Vice García Linera y el presidente de YPFB Carlos Villegas.

De Voltaire se han escrito muchas historias, aunque resalta como un fanático defensor de la verdad, la libertad y la decencia. Se atribuye a Voltaire la frase “calumniad, calumniad que de la calumnia algo queda” y que se podría parodiar, “mentid, mentid, que de la mentira algo queda” en relación a gran parte del contenido de las comparecencias a que nos referimos.



Resulta siendo una injuria a la ciudadanía decir parte de la verdad, ocultar el resto, mostrar unas cifras como resultado de gestión sin explicar las especiales circunstancias por ejemplo de los altos precios de los hidrocarburos y los minerales que son algo vital cuando se explica del extraordinario volumen de las exportaciones. Resulta siendo una imprecisión que algunos traducen como mentira.

Cuando en un discurso destinado a todos se perfilan omisiones intencionadas, se concluye que hay intención de ocultar la verdad o parte de ella, se hace mención sólo de lo brillante, de lo lustroso del Régimen omitiendo los negociados como Papelbol, Enabol, otros que le costaron millones de dólares al Tesoro y lo peor es que no aparecen los culpables que recibieron o pagaron por adelantado a empresas fantasmas sin aval alguno, casos así nunca antes se dieron en la historia delictiva de Bolivia y el caso estrella de la corrupción denominado Jacob Ostreicher, empresario norteamericano que llegó al país atraído por las promesas del Presidente Morales de recibir con los brazos abiertos a los inversionistas que contarían con Seguridad Jurídica, pues se dio que vía Banco Central recibió el empresario 25 millones de dólares desde Suiza con que compró terrenos, maquinaria, construyó silos y viviendas, equipo de transporte y otros y llegó a producir 400 mil quintales de arroz que hoy está desaparecido porque mientras era privado de libertad y le cerraron los labios para efectuar denuncias, los extorsionadores le limpiaron la caja, hicieron desaparecer el producto y se lo cupletaron con las ventas y recuperaciones. Es cierto que hay 12 detenidos entre ellos fiscales, abogados, funcionarios del Estado de un tercer nivel, aunque la vocera los rebajó a una quinta categoría en el intento de minimizar el delito.

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Cuando Villegas asegura haber tenido una producción de 50 millones de metros cúbicos de gas, en calidad de producción récord de gas natural aunque calla la denuncia de Carlos Miranda de venderle a Refinor de Argentina condensado de gas a 5 dólares menos que en el mercado internacional y que le compra de vuelta convertido en diesel a precio mayor del internacional. O sea un pésimo negocio. Le recuerda al cronista una vieja confesión oída al gran demócrata cristiano Rafael Caldera en la Casa Amarilla de Caracas a la Juventud Mundial, “ojalá tuviera Venezuela menos petróleo y un poco más de amor a la Patria” refiriéndose a las grandes edificaciones de cemento y a las carreteras asfaltadas en que mueren miles de venezolano por las velocidades incontroladas de los automovilistas.

Por tanto es buena cosa que se invierta en diversificar la exportación de gas y en producir úrea y amoníaco para exportaciones con valor agregado, aunque por el momento no se tienen mercados asegurados y el consumo nacional de ambos productos no alcanzaría a cubrir sino el 10% de las plantas que se construyen Bulo Bulo.

Villegas tampoco se refirió a un grupo de corruptos, un par de ellos en la cárcel que lucraron con las licitaciones, no hubo ni la más mínima referencia quizá porque la expoliación no pasó de cientos de miles de dólares de una megaempresa, la mayor del país convertida en administradora de la mayor riqueza natural que tiene Bolivia. Así las imprecisiones y medias verdades restan credibilidad de un discurso pleno de autocomplacencias.