Una Asamblea sin agenda


Emilio MartínezBRUJULALa pobre gestión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) es un síntoma más del agotamiento de la agenda gubernamental.Luego de la sanción de las leyes orgánicas que aplican la nueva Constitución Política del Estado (CPE), el proyecto masista parece haber perdido el rumbo.Es decir, que después de concluir el proceso de acumulación del poder administrativo, la brújula ya no marca ningún norte.Un intento fallido de revertir esta situación fue la «Cumbre Social» realizada por las organizaciones afines al partido de Gobierno hace un año, donde se fijó una serie de metas legislativas más declarativas que efectivas.Otro ensayo se hizo con el lanzamiento de la denominada «Agenda Patriótica» durante el discurso presidencial del pasado 6 de agosto.Sin embargo, ninguno de estos magros sucedáneos ha logrado construirle un horizonte de futuro al evismo. No hay nuevas banderas que sustituyan a las que otrora movilizaron al masismo, como la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos. Algo similar pasa en la Asamblea Departamental cruceña, donde el vaciamiento ideológico del proyecto autonomista anuló la posibilidad de promover una legislación que haga realidad la transición de la vieja estructura prefectural a la de una auténtica Gobernación.