Bioenergía: desafío para Bolivia


Rubén Darío Rojo*

RUDY3 El objetivo de Naciones Unidas en materia de Cambio Climático, de restringir el aumento de la temperatura mundial a 2°C como tope, exige la exploración y aplicación de nuevas tecnologías que permitan darle una matriz energética alternativa a la economía planetaria.

Se trata de cambiar la base de sustentación sin forzar restricciones recesivas al aparato productivo.



En ese marco, la bioenergía parece ser el camino a seguir, por su doble característica de limpieza y rentabilidad.

La reciente Cumbre de Doha señala en su documento final que para las próximas décadas “se prevé un despliegue importante de bioenergía combinado con la captura y el almacenamiento de carbono, lo cual permite lograr emisiones negativas netas de CO2 en los sectores de la industria y la energía o incluso emisiones mundiales totales negativas netas”.

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Esta transformación en la matriz energética significaría la transición a una economía mundial con emisiones de gases de efecto invernadero radicalmente menores.

Bolivia tiene condiciones en materia de suelos para el desarrollo de un poderoso sector agrícola dedicado a la producción de biocombustibles, tal como lo sugirió Dilma Rousseff cuando fungía como ministra del gobierno de Lula da Silva.

La implementación de un Proyecto Nacional de Bioenergía podría contar, por lo tanto, con apoyo del Brasil, país que tiene una amplia experiencia con el exitoso programa Proalcohol.

El Fondo Verde de las Naciones Unidas, al que se espera capitalizar con hasta 100.000 millones de dólares anuales, tal como se esbozó en Doha y se espera consolidar en Varsovia, puede ser el ente financiador de iniciativas bolivianas en el rubro de los biocombustibles.

Pero, por supuesto, para el aprovechamiento por el país de estas oportunidades históricas es necesario superar el rechazo del presidente Morales a los conceptos de la economía verde, manifestado una vez más en la reciente cumbre entre la Comunidad Económica de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) y la Unión Europea (UE), realizada en Santiago de Chile.

Bolivia no puede seguir apostando solamente a los hidrocarburos, sino desplegar alternativas de diversificación que puedan sostener el desarrollo más allá de los límites de un futuro agotamiento de los recursos no renovables.

*Diputado nacional