La desaparición física de Hugo Chávez no significará necesariamente la muerte política del chavismo, como el fallecimiento de Perón no acabó con el peronismo, pero es evidente que le quitará fuerza al proyecto continental del ALBA, por la pérdida de la figura carismática del teniente coronel y de su artillería verbal.Donde pueden surgir las mayores complicaciones para el chavismo es en el frente interno, con las disputas sucesorias entre el vicepresidente Nicolás Maduro y el reelecto presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Representante el primero de la influencia cubana y el segundo del “partido militar”. En la medida en que el oficialismo venezolano no sepa administrar una sucesión ordenada, se abrirán oportunidades para que la oposición democrática acceda al poder.De darse esto, el efecto dominó regional sería intenso y es probable que impulse cambios políticos importantes en otros países, en detrimento de los regímenes neo-populistas.Pero incluso en caso de estabilizarse un chavismo sin Chávez, es factible que se trate de una versión termidoriana de la revolución, como lo sugieren los contactos de Maduro con Estados Unidos tendientes a una normalización diplomática (por su parte, el teórico del socialismo del siglo XXI, Heinz Dieterich, considera que el Termidor llegaría de la mano de Cabello).Un contexto en el cual el nuevo gobierno venezolano sería tal vez menos proactivo en la intervención en otros países.En cualquiera de los dos casos, el presidente Evo Morales perdería el referente emotivo que ha representado el tutelaje de Chávez, quien desempeñó un rol paternalista hacia el gobernante cocalero. También en los dos escenarios, es posible que Venezuela disminuya el flujo de fondos hacia terceros países, para priorizar la atención de sus propias necesidades…[email protected]