Como se desprende de las declaraciones de algunos dirigentes del chavismo, el vicepresidente Nicolás Maduro pretende dar un golpe a la Constitución venezolana el próximo 10 de enero.
Contraviniendo explícitamente la Carta Magna, ese día se declarará que Chávez sigue ejerciendo las funciones de presidente, a pesar de su delicada situación de salud, y como consecuencia Maduro seguirá en la vicepresidencia.
No es la primera vez que Maduro pretende propinar un golpe constitucional. En el año 2009, intervino flagrantemente en los asuntos internos de Honduras, para violar el mandato constitucional que impide la reelección presidencial. Incluso llegó al extremo de convertirse en el chofer del depuesto ex presidente Manuel Zelaya para forzar su reinstalación en el cargo.
Afortunadamente, los hondureños no se dejaron manipular.
El año pasado, Maduro viajó hasta Asunción y se reunió con el alto mando militar paraguayo, para exigirles descaradamente a los uniformados que dieran un golpe de Estado a fin de reponer en el cargo al ex presidente Lugo, quien había sido depuesto constitucionalmente por el Congreso.
Los paraguayos tampoco se dejaron intimidar y más bien denunciaron a Maduro públicamente, con pruebas en la mano.
Ahora Maduro se apresta a intentar su tercer golpe, de la mano de los cubanos. Esperemos que los venezolanos, al igual que los hondureños y los paraguayos antes que ellos, sepan defender su Constitución y que de paso se liberen de la dominación cubana…