Las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica están fuera de la agenda prioritaria de la segunda administración del presidente Barack Obama que inició este martes formalmente su labor al frente de la Casa Blanca.Así lo reconoció el gobierno mexicano a través de su embajada en Washington, no obstante que esta nación es uno de los socios más próximos a Estados Unidos por su vecindad y relaciones comerciales.Fuentes diplomáticas consultadas por la Agencia de Noticias Fides en Washington prevén que las relaciones de Washington con las naciones de la región estarán guiadas básicamente por el Departamento de Estado que tendrá como su nuevo timonel al senador demócrata John Kerry, seleccionado por Oabama para reemplazar a Hillary Clinton.En el discurso inaugural Obama anticipó las bases de su bitácora prioritaria: la deuda externa estadounidense que alcanza los 16.200 millones de millones de dólares y que aún está pendiente de lograr un aumento mediante un acuerdo con el Congreso, la nueva ley de inmigración que involucra a más de once millones de indocumentados, el control de la venta de armas, la crisis climática y los derechos de los homosexuales.La cancillería mexicana prevé que el tratamiento de las propuestas de una nueva ley de inmigración que sustituya a la de 1986 y el control del comercio de armas podría involucrar a ambos gobiernos por el interés recíproco que existe en estos problemas.El mayor porcentaje de indocumentados en Estados Unidos proviene de México y esta nación es destino de una parte apreciable de las armas de grueso calibre que se exportan, generalmente clandestinamente, con destino a las mafias narcotraficantes y que son causa de las altas tasas de mortandad.Según la evolución que tome la situación venezolana, actualmente en un riesgoso limbo por el cáncer que padece el presidente Hugo Chávez, el Comité de Seguridad Nacional de la Casa Blanca podría considerar su inclusión en la agenda prioritaria, prevén las fuentes diplomáticas.En términos de relación bilateral, Brasil continuará como fuente de interés de la administración de Obama por la influencia política y económica que ejerce Brasilia sobre sus vecinos y países de América del Sur.En ese sentido Washington confiaría en el apoyo brasileño en el combate al narcotráfico en la región. Brasilia ha desarrollado el último año acuerdos para reducir los flujos de droga, particularmente cocaína, que se destinan a su mercado interno y el uso de su territorio como eslabón hacia destinos extra continentales como Europa, Asia y Africa.ANF