Ronald Balderrama*
En el lenguaje natural de nuestra sociedad se dice que para llegar al objetivo (cualquiera que sea) a veces es bueno retroceder un paso para posteriormente dar dos hacia adelante, lo que acontece hoy en nuestro Estado es precisamente que se adoptó la postura de retroceder pero no avanzar, y siguiendo ese camino vamos retrocediendo y retrocediendo mucho más en el día a día de nuestro vivir.
La tendencia del gobierno de impulsar el ataque, la confrontación y generar enemigos es una estrategia política y mediática que le funciona muy bien e incluso le genera popularidad, ya que cuando existe algún hecho que daña la imagen ya sea del partido o del mismo gobierno, éste sale a la palestra introduciendo algún hecho que mediáticamente da un giro a cualquier noticia que indujera a apañar la imagen del oficialismo.
Por citar algunos ejemplos tenemos: el discurso del presidente constantemente es de atacar a los Estados Unidos, al imperialismo, al capitalismo, al neoliberalismo y de aglutinar a cualquier opositor a una línea ideológica de derecha, lo cual en hechos reales es falso, ya que la oposición que hoy se tiene en la Asamblea legislativa no es una oposición sólida, y mucho menos congruente con una línea ideológica ni tampoco de unificación hacia un proyecto o liderazgo caudillista ni partidario.
Bajo este discurso se han producido constantemente hechos que en alguna manera y en algún grado han sido violentos, tales son los casos de nacionalizaciones donde el aparato represor de la policía es usado como si estuviera entrando a un cuartel de narcotraficantes y con ese armamento y show de despliegue policial o militar toman las instituciones de la empresa a ser nacionalizada, o también cuando la misma policía es la encargada de reprimir cualquier protesta que a voces abiertas se declara pacífica, pero la represión siempre está presente.
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Si se recuerda el caso René Sanabria, del ex – comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) y miembro del Centro de Inteligencia y Generación de Información (CIGEIN) del Ministerio de Gobierno durante los años 2007 a 2009, fue apresado en Panamá por narcotráfico, lo que le gobierno hizo de inmediato fue argumentar que era una trampa de EE.UU. pero pasado los hechos admitió que dicho policía era culpable. En el caso de corrupción de jueces, fiscales y las violaciones a los derecho humanos del señor estadounidense Jacob Ostreicher, se mencionó por parte del gobierno que era una estrategia de infiltrados del imperialismo para desestabilizarlo del poder, idea que fue desbaratada por el actor norteamericano Sean Penn.
En los últimos comicios electorales donde el oficialismo perdió y por un margen muy amplio, se adoptó la postura de volver a polemizar el tema marítimo con Chile, estrategia que desvió el tema de las elecciones ganadas por la oposición, tema que dejaba muy mal parado al oficialismo, y que por alguna razón (no explicada aún porque es bastante extraña) aparecieron soldados de bajo rango en territorio chileno, lo cual hasta el día de hoy este tema sigue causando un sentimiento de odio y malestar con el país vecino por el encarcelamiento de dichos soldados.
La democracia va deteriorándose porque la diplomacia que “debería ser” el puente esencial para arreglar cualquier problema o diferencia con algún país, no muestra síntomas de eficacia sobre su actuar, la policía nacional da muestras de ser eficiente para la represión de marchas y protestas y de defender el kilómetro cero donde pareciera existir un dueño de dicha plaza, pero si se habla de temas tan primordiales como el de brindar seguridad ciudadana o encontrar a un asesino que fue parte de dicha institución pues no existe fruto alguno.
Las deplorables condiciones penitenciarias, la corrupción que campea en diferentes esferas institucionales, la falta de transparencia en el gobierno, la violencia y la discriminación contra la mujer y la trata de personas constituyen elementos que demuestran el retroceso que la democracia va adquiriendo, temas que no son imputables o exclusivos solamente al gobierno de Morales, pero ya en siete años de gestión tampoco ha logrado avances significativos en ninguno de estos campos.
Para entender verdaderamente la evolución o crecimiento que debería tener la democracia boliviana, se tienen que tomar en cuenta diferentes variables o esferas que componen dicho sistema y cómo estas variables van desarrollándose en nuestro Estado, haciendo la determinada operación podremos medir el crecimiento o decrecimiento de la democracia. Dichas variables serian entendidas como:
1- El desarrollo y buen manejo de la economía.
2- El cumplimiento de Derechos políticos.
3- El desenvolvimiento de las libertades civiles.
4- La gobernanza para todas las personas del Estado.
5- Calidad y transparencia institucional.
6- Seguridad jurídica nacional e internacional.
7- Garantizar los servicios básicos.
8- Respeto a los Derechos humanos y garantías constitucionales.
9- Disminución de desigualdades sociales.
10- Alternabilidad en el poder.
De las variables descritas y que podrían existir o ser añadidas otras más, se observa la variable económica que ha sido el bastión de sujetar y fortificar al actual gobierno, esta tampoco cumple las expectativas que muchos desearían, si bien el crecimiento económico deriva de las materias primas que hoy están en un auge muy favorable a nivel internacional, la riqueza que acumula Bolivia no se ve reflejada en la misma sociedad, los datos de la inflación van sumándose a esta esfera que da para mucho más análisis de lo modestamente argumentado.
En el nuevo siglo Bolivia vive uno de los peores procesos políticos en materia de desarrollo democrático se refiere, recordemos que Norberto Bobbio, politólogo del siglo XX, denunció la convivencia de poderes invisibles detrás de los gobiernos, como una característica más de la democracia moderna. Los grupos de presión: medios de comunicación, multinacionales, mafias o las potencias extranjeras, pactan el cumplimiento de sus intereses por encima del bien común. En esa misma lógica vemos constantemente que la democracia boliviana se ha encasillado a tener grupos privilegiados o sectores que reciben atención exclusiva del gobierno, como el sector cocalero o diferentes movimientos sociales, que salen a bloquear las calles en defensa de un supuesto proceso de cambio, donde a veces las personas que marchan no conocen ni la razón por la cual están ahí.
El retroceso democrático y la tendencia de perpetuidad que refleja el MAS a la cabeza de Morales, nos introduce a un escenario de hablar un proceso de consolidación hegemónica de características arbitrarias, autoritarias y guiadas baja la lógica amigo-enemigo donde el que no apoya esta en contra y por tanto debe de ser reprimido de alguna manera, son tantas las denuncias que este gobierno ha acumulado, denuncias que van desde tratar de limitar la libertad de expresión, represiones a periodistas, hasta de maltratar físicamente a los sectores indígenas (caso TIPNIS) que supuestamente representaba.
La democracia hoy más que nunca necesita de todos los ciudadanos para restablecer un estado de derecho, un fomento a la cultura democrática donde la tolerancia, la igualdad, la libertad, y la pulcritud como la excelencia sean la base congruente para tener generaciones de progreso y Bolivia pueda salir del letargo ideológico nacionalista, paternalista, patriarcal y centralista que tanto daño hace a todo el país.
Estimado lector: ¿Cuál cree usted que son los beneficios más sólidos y valorables que la democracia ha aportado a nuestra sociedad?
*Politólogo
DeBolivia