El fútbol le gana al Carnaval

El fútbol le gana al Carnaval. Eso dicen los directos protagonistas, los jugadores. No parece que fuera así porque, en el caso de Bolivia, la Liga decide cada año suspender su programación competitiva en estas fechas para dar paso a la festividad y lo mismo ocurre en otras categorías.

El Bolívar vs. Real Potosí, reprogramado de la cuarta jornada, será una aguja en un pajar mañana. No hubo otra que reprogramarlo en medio de la fiesta carnavalera. Pero los otros diez equipos estarán sin actividad a nivel oficial.

Estos días, sin embargo, no sirven para que los jugadores tengan libre y puedan celebrar como un ciudadano cualquiera. Por el contrario, tienen que cuidarse y en todos los casos seguir entrenándose.



Hay que tomar en cuenta algunos detalles: The Strongest debe meterse de lleno en lo que el próximo jueves será su debut en la Copa Libertadores ante el Arsenal argentino, así que adiós al Carnaval.

Algo parecido les pasa a Bolívar y San José. La Academia tiene que jugar mañana ante Real Potosí y el Miércoles de Ceniza frente al Santo, adelantando un encuentro de la octava jornada, de manera que sus jugadores también están “castigados”.

En general, los futbolistas son conscientes de que, dada la profesión en la que están inmersos, así no haya competitividad liguera deben cuidarse sobremanera. A lo mucho algunos tendrán algún día libre para dedicarlo —según afirmaron—a sus familias. Los excesos, por tanto, están prohibidos.

“El fútbol y el futbolista tienen su propio calendario de vida, por eso es que no estamos con el tema del Carnaval. Sí, lo respetamos, sin embargo, en el caso de un jugador profesional no existe esta fiesta, eso seguro. Nuestra profesión tiene prioridades y se aboca a lo que es nuestro trabajo”, opinó el entrenador de The Strongest, Eduardo Villegas.

Dicen que en Santa Cruz es en donde más rienda suelta se da al Carnaval. La mayoría de los jugadores que actúa en el futbol boliviano proviene de ese departamento.

Al goleador Joaquín Botero le gusta la fiesta y contó que en 2007 se puso “a saltar y bailar con la comparsa Los Caprichosos”. En 2011 “bajé las gradas (porque estaba de espectador en Oruro) y por la emoción le metí unas morenadas, caporales y la diablada. Me divertí y también me gusta mojarme”.

Pero ahora pasará la fiesta entrenándose con su nuevo plantel, el Sport Boys de Warnes, que jugará la ronda final del Nacional B Simón Bolívar en procura de lograr el ascenso a la Liga.

Hay futbolistas que consideran normal la fiesta y no se hacen problema si no participan en ella: “Estoy tranquilo porque no soy una persona que le atraiga mucho el Carnaval. Si tuviera tiempo tampoco me inclinaría hacia eso, de verdad no soy alguien que se muera por ir a bailar y festejar.

Además, en los últimos años me ha tocado trabajar y estar concentrado, porque cuando un jugador elige esa profesión, las fechas de Carnaval son para el trabajo”, anotó Jhasmani Campos.

En Bolívar, Campos tiene un compañero “muy carnavalero”, es el caso de Juan Carlos Arce, delantero cruceño a quien gusta la fiesta.

“Me encanta, pero en estos últimos años se me hizo difícil participar por el trabajo. Si tuviera tiempo seguramente podría carnavalear, no como antes, pero lo haría. Lo extraño, aunque ahora hay que dedicarse al trabajo, así es nuestra profesión”.

La gente ya se apresta a vivir la fiesta a su manera, la mayoría dejándose llevar por las tradiciones en cada departamento. El fútbol, en cambio, no puede ir tan lejos.

Fuente: Red Uno.

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