Jennifer Garner no conoce la Argentina, pero le gusta imaginar que es un país “con clase, sofisticado”, como la actriz Mía Maestro, quien fuera su medio hermana en la serie televisiva Alias (creada por JJ Abrams), el thriller que le dio una fama que terminó acrecentando en 2005, al convertirse en la esposa de Ben Affleck.
“Mía es una lady, tan inteligente y refinada, es la persona más hermosa del mundo”, elogia Garner, quien parece destinada a rodearse de argentinas, ya que el mejor amigo de su esposo (Matt Damon) está casado con una.
A solas con Clarín en un hotel en Los Angeles durante la promoción de la película La extraña vida de Timothy Green, de la que es protagonista, Garner (40) se muestra sonriente y sencilla, bonita sin demasiado esfuerzo, los pies sobre la Tierra y una cabeza un poco olvidadiza, prototipo ideal de a quien sus compatriotas llaman “la chica de la puerta de al lado”.
Para el director Peter Hedges ( Dani, un tipo de suerte), no había otra opción que ella a la hora de recrear a Cindy Green, una mujer que no puede tener hijos y decide imaginar, junto a su esposo Jim, las cualidades del niño que tanto anhelan, para descubrir que llegará a sus vidas de una manera especial, casi mágica, a la manera de Disney.
Hedges, autor de la novela ¿A quién ama Gilbert Grape?
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y su posterior guión, y el de Un gran chico, se asombró al ver cómo el público lloraba tanto con su película, siendo que él jura no haber dado ningún golpe bajo. Jennifer confiesa que también lloró al verla terminada, pero en la escena menos sentimental, una casi cómica en la que junto a su esposo hinchan para que el pequeño Timothy (el adorable CJ Lucas) anote su primer gol y le demuestre al pueblo que no es tan diferente, después de todo. “Le rogué a Peter que me diera el personaje, son pocos los directores que pueden hacer hoy una película tan original y ambiciosa, con un tono que es mágico y real al mismo tiempo. Me gusta lo que termina diciendo sobre la familia, esta película te pide amar al hijo que tengas aunque no sea perfecto, te dice que no hay que juzgar, que hay que vivir el momento”.
Jennifer, Ben y sus hijos Violet (7), Seraphina (3) y Samuel (11 meses) tratan de vivir en Hollywood con esos estándares.
“Siempre le digo a mis hijas que no todo tiene que ser perfecto y que si fallan en algo, está bien”, asegura la actriz con mucha naturalidad.
Tu personaje sufre al no poder tener hijos. ¿Se te hizo difícil ponerte en su lugar teniendo tres?
Tengo gran respeto por las mujeres que luchan para poder ser madres. Puedo entender esa necesidad, aún cuando Ben y yo dijimos ‘tengamos un bebé’ y, cuando quisimos acordar, ya lo teníamos.
¿Cómo se las arreglan para llevar una vida familiar normal bajo la atenta mirada de los fotógrafos?
Bueno, mi vida no es ordinaria. No es normal ser seguidos a todos lados por estos tipos. La fama nos da muchas ventajas, pero sufrimos una gran desventaja. Es una vergüenza, no me parece que esté bien que a los paparazzi se les permita perseguir chicos en la calle, siendo que no obedecen ninguna regla de tránsito porque no les importa.
Julia Roberts y Halle Berry también defienden la privacidad de sus hijos y piden leyes. ¿Creés que la situación mejorará?
Espero que algún día esto cambie, deseo que a ellos cuando crezcan no les pase lo mismo. No tendría que haber 15 personas conmigo en el supermercado. Nosotros nos adaptamos lo mejor que podemos. Vamos tomando la decisión de si salimos o no de la casa. No quiero gastar toda mi energía en ellos.
Conociendo su interés por la política hay quienes piensan que tu esposo podría aspirar a ser presidente. ¿Podés imaginarte como Primera dama?
Ben ahora está muy satisfecho con lo que hace, es un gran director. Ojalá pueda seguir haciendo sus películas hermosas, como Argo, mientras eso lo haga feliz. Pero a la vez él es una persona tan brillante que estoy segura de que su mente va a querer hacer algo más. No parece estar muriéndose por hacer política ahora, pero yo estoy lista para acompañarlo en su viaje, sea cual fuere.
¿Es cierto que tratan de que siempre haya uno en casa con los niños, mientras el otro trabaja?
Lo intentamos, aunque no siempre sucede. Pero él dejó de hacer cosas para venir a Atlanta mientras filmábamos La extraña vida… Dejaba a las chicas en el colegio y las pasaba a buscar. Y, mientras preparaba su nueva película, pasaba todos los días por el set para verme. Es divino, no puedo quejarme. Y yo trato de hacer lo mismo por él, de estar cerca suyo cuando me necesita.
Después de cinco temporadas interpretando a una espía en “Alias”, ¿volverías a hacer TV?
No ahora, porque mi bebé es muy chiquito y no quisiera dejarlo solo. Me resulta mas cómodo filmar un par de meses y luego darme el lujo de ir a casa para estar con mis hijos el resto del año. La TV tiene un ritmo agotador. Pero extraño mucho la gente que conocí en Alias. Creo que me están dando ganas de filmar escenas de acción. Y me encantaría volver en un momento en el que hay tantas actrices fuertes haciendo televisión.
Creaste tu productora. ¿Te gustaría también dirigir?
Con la productora hicimos Bu-tter, una comedia que era medio sátira política muy entretenida. Te permite tener un poco más de control sobre las cosas en las que te involucrás, y eso es bueno en un momento en que no sobran los roles atractivos para las mujeres. Pero no quiero ir detrás de las cámaras. Para eso está Ben y le está yendo fantástico. Dejémoslo así (risas).
Fuente: www.clarin.com