Despedida. Dio su último y más emotivo abrazo a los fieles. Benedicto XVI se marcha hoy tras haber marcado las líneas de renovación y purificación de la Iglesia Católica.
Ref. Fotografia: Multitud. Unos 200.000 fieles ovacionaron y derramaron algunas lágrimas al despedir al papa.
El papa Benedicto XVI confesó ayer que en los últimos ocho años vivió días agitados, pero animó a miles de fieles, congregados en la plaza de San Pedro para escuchar su último mensaje como pontífice, a confiar en una Iglesia "viva", que Dios no dejará que "se hunda".
El papa escogió para este día histórico mencionar los Evangelios y aseguró que era "consciente de la gravedad y de la novedad" de su renuncia, la primera de un pontífice en siete siglos, que se hará efectiva hoy a las ocho de la noche (19H00 GMT), 15:00 hora boliviana.
Sentimiento y emoción. Roma y el mundo abrazaron por penúltima vez al papa anciano, tímido y revolucionario. Con una marea de vivas y pancartas. Con el sentimiento y la emoción de la despedida. Incluso, con algunas lágrimas, como las del cardenal Antonelli.
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“Las aguas estuvieron agitadas”. "El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia (cuando) el Señor parecía dormir", afirmó al mencionar indirectamente las controversias y escándalos que marcaron su breve pontificado.
Benedicto XVI, de 85 años, dijo que se ha sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea.
"Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino Suya, y no la dejará hundirse", afirmó en su mensaje final.
“No abandonó la cruz”. Durante esta inédita renuncia papal transmitida en directo por televisión, el jefe de la Iglesia católica explicó que "no abandona la cruz", en una respuesta indirecta al desconcierto y a las críticas que ha suscitado su gesto entre los católicos.
"He dado este paso consciente de la gravedad y de su novedad. Amar a la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles", recalcó el pontífice, al dirigirse a la multitud: "Hoy vemos cómo la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su declive".
Detalles
Despedida con misas, campanas y zapatos
Despedida. Con misas, repiques de campana y hasta el próximo envío de unos zapatos hechos por artesanos mexicanos, los fieles de América se unen a las despedidas en honor a Benedicto XVI.
Cardenal. El cardenal Julio Terrazas Sandoval estuvo presente desde muy temprano para ser parte de este gran abrazo de la Iglesia a su Santidad Benedicto XVI. Hoy los cardenales se reúnen por última vez en audiencia privada con el papa, será la oportunidad del cardenal Terrazas para decirle “gracias” por todo el afecto y el cariño hacia la Iglesia en Bolivia.
Apuntes
• El anillo del Pescador de Benedicto XVI no será destruido por completo sino que será “anulado”, es decir, rasgado con una raya o una cruz con el fin de que quede “inutilizable”.
• El papa Benedicto XVI se dirigirá a partir de las cinco de la tarde a Castelgandolfo, su nueva residencia.
• Su última frase de despedida fue "Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno".
• Benedicto XVI, siempre coincidió con Juan Pablo II sobre América Latina, donde vive la mitad de los casi 1.200 millones de católicos del mundo, donde la Iglesia se juega parte de su futuro.
Agencias, EFE, AFP (El Día)