Parlamento cívico

Emilio MartínezparlamentoEl presidente electo del Comité Pro Santa Cruz habló en su campaña de impulsar un parlamentarismo cívico, idea que es bienvenida como manifestación de la voluntad de superar el tradicional presidencialismo que ha caracterizado a la institución, para derivar hacia algún tipo de conducción colegiada.En la práctica, la implementación del Parlamento cívico choca con disposiciones estatutarias, donde sólo está previsto el funcionamiento del Directorio y de la Asamblea de la Cruceñidad.La solución puede estar en que esa instancia sea estrictamente deliberativa y consultiva, sin atribuciones decisorias, algo más parecido a las Jornadas Santa Cruz 2000 organizadas por el Comité a mediados de los ´80, donde se esbozaba un proyecto regional para el siglo XXI.La lógica del “gran seminario departamental” permitiría sortear escollos jurídicos, concentrando los trabajos del Parlamento cívico en el establecimiento de una nueva agenda de desarrollo regional, que debería producir una suerte de “Memorándum de 1904” adaptado al escenario contemporáneo.Las conclusiones de este esfuerzo colectivo deberían rayarle la cancha al Comité en lo que respecta a la comunicación institucional con los distintos niveles gubernamentales, que tendría que apegarse a las demandas y propuestas concertadas en ese nuevo espacio de deliberación.Claro que, para eso, habrá que dejar a un lado las prisas de algunos en ser parte “ya nomás” del cóctel y las fotos con las autoridades del gobierno central.