Patriotismo barato

América Latina existe cada vez más como bloque, pese a absurdos incidentes de rivalidad

SOLEDAD CALÉS . elpais.com

América Latina existe hoy como bloque económico, político e internacional más que nunca. Pero cierto patriotismo barato, de rivalidad y dirigido contra el otro está lejos de haber desaparecido.

Primero se conoció un vídeo del entrenamiento de un grupo de 27 grumetes chilenos, que mientras trotan en una calle de Viña del Mar cantan con la indiferencia más absoluta: “Argentinos mataré, bolivianos fusilaré, peruanos degollaré”. Los vecinos Argentina, Bolivia y Perú son países enzarzados con Chile en antiguos e imborrables pleitos territoriales.



Acto seguido, la justificada indignación de los afectados. La presidenta Cristina Fernández replica en Buenos Aires a la afrenta coral y su Gobierno expresa “sorpresa y malestar”. Pero cadetes de policía argentinos consideran la respuesta inadecuada y difunden otro vídeo con la siguiente belleza: “Chilenito, chilenito, ten cuidado, ten cuidado, que una noche oscura a tu casa entraré y tu cuello cortaré y tu sangre beberé”.

Tercer acto. Las autoridades chilenas se horrorizan, tachan de “vergonzoso” el suceso, prometen investigarlo y anuncian las máximas sanciones, además de comprometerse a frenar esas conductas. Pero el diputado Gonzalo Arenas, de la Unión Democrática Independiente (que forma parte de la coalición de gobierno), pone involuntariamente el dedo en la llaga al revelar que estamos ante una tradición, no ante una improvisación: “Fui cadete hace 20 años y se cantaba igual”. Y hacía otras sugerencias más extemporáneas para evitar esas groseras marcialidades.

Tanto en Bolivia como Perú el comprensible revuelo ha sido similar. La reacción boliviana, más áspera que la de Perú (que acepta las disculpas), señala a Chile como “país que genera controversias en la región” y pide una “condena internacional”.

El punto de cordura y buen sentido lo ha aportado Francisco Vidal, exministro de la anterior presidenta chilena, Michelle Bachelet, al decir que “no se puede incentivar a las tropas pidiendo que maten, fusilen o degüellen”. Y que eso es “una deformación fascista del patriotismo”.

SOLEDAD CALÉS . elpais.com