Pistorius: “Pensé que estaba dormida”

pistoriusPistorius ha explicado hoy por primera vez su versión de los hechos. En boca de su abogado hoy se le ha oído explicar que disparó a su novia porque creía que era un ladrón.

El paralímpico ha dicho en una declaración que ha leído su defensa en la vista sobre su libertad con fianza, que estaba muy “asustado” por los ruidos que la madrugada del pasado 14 de febrero escuchó mientras dormía junto a Reeva Steemkamp, en su casa de Pretoria. El campeón postolímpico se ha confesado “absolutamente mortificado” por los hechos y por el “sufrimiento” que ha causado a la modelo y a su familia, sabiendo que la “quería mucho”. El juez ha aplazado hasta mañana a las 9 horas la decisión de si le concede la libertad condicional. Mientras tanto, hoy dormirá en los mismos calabozos, bajo custodia policial.

La escena que ha descrito Pistorius sitúa a la pareja durmiendo en la habitación principal de la vivienda. Un ruido proveniente del cuarto de baño despertó al atleta que atacado por “una sensación de terror” no se atrevió a abrir la luz de la habitación. Siempre según su versión, convencido de que algún intruso había entrado por una ventana o escalando por alguna escalera que los empleados de la finca utilizan.



pistorius2Sin sus piernas mecánicas, recogió su pistola 9 milímetros de debajo de la cama y se dirigió al cuarto de baño, instando al supuesto intruso a abandonar la casa y pidiendo a su novia que alertara a la policía. En todo momento, asegura, pensó que Reeva estaba en la cama.

Pistorius disparo contra la puerta del lavabo. Al darse cuenta que su novia no atendía a sus llamadas, volvió a la habitación y se percató que tampoco estaba en la cama. Fue entonces cuando regreso al baño, llamándola sin obtener respuesta tampoco. Como la puerta estaba cerrada por dentro, decidió ir a la habitación, ponerse las piernas ortopédicas y coger un bate de cricket para derribar la puerta. “Reeva estaba tendida pero con vida”, relata el campeón paralímpico. A pesar de que tanto el como un médico vecino trataron de reanimar a la chica, nada se pudo hacer. “Ella murió en mis brazos”, ha dicho.

Pistorius ha seguido la lectura de su testimonio llorando y cabizbajo, con el consuelo del brazo de su hermano, que sentado en un banco posterior no ha dudado en varias ocasiones en arrodillarse para posar el brazo en su espalda. Pero el deportista estaba desconsolado, hasta el punto que el juez se ha apiadado de él y ha ordenado un receso de unos minutos para que se aserenara o pudiera hablar con sus familiares. “Lo siento, lo siento”, se ha podido oír al paralímpico decir entre sollozos cuando el magistrado le preguntaba si podía seguir en la sala. El padre, el hermano, una hermana, tíos y amigos han seguido toda la sesión con rostros compungidos e incluso musitaban plegarias, como el mismo Pistorius.

En su declaración, Pistorius se ha mostrado obsesionado con su seguridad personal justificándose que con anterioridad había sido víctima de un robo, por lo que dormía con un arma debajo de la cama.

El abogado también se ha hecho eco de la declaración de los mejores amigos de la pareja, que han coincidido lo mucho que se querían, que “juntos disfrutaban inmensamente” y que nunca, en su corto noviazgo, les habían visto discutir o quejarse uno del otro. Es más, Pistorius “nunca había sido más feliz con Reeva que con sus otras novia”, hasta el punto de que la había invitado a acompañarle a las competiciones internacionales, un gesto que nunca tuvo con sus anteriores relaciones. Además, su amigo íntimo recuerda que Pistorius le habría comentado recientemente que Reeva podría ser “la que un día se convirtiera en su esposa”, algo que, según la amiga más cercana de la víctima a esta le hubiera encantado y hubiera respondido que sí.

Fuente: www.elpais.com