Un secuestro sui géneris

Álvaro Riveros TejadaalvPara ofrecer una prueba de vida sobre sus víctimas, antes de cobrar el rescate, los secuestradores solían acudir a la cruel práctica de mutilarlas, para enviar a los familiares y/o allegados partes de éstas, como un dedo, una oreja etc., hasta que inventaron un subterfugio más idóneo que consistía en fotografiarlas leyendo un periódico de la fecha, para que no quepa la menor duda de su autenticidad. Sin embargo, con el avance de la tecnología, dicha práctica quedó descontinuada, ya que con la irrupción del “Photoshop”, uno es capaz de mostrar a Hitler estudiando la Torá.Este preámbulo obedece al esfuerzo realizado por forenses cubanos, a través de medios venezolanos, de publicar las fotografías de un sonriente comaandante Chávez rodeado por sus familiares y dirigidas a persuadirnos de que el paciente barinés goza de excelente estado de salud y que su restablecimiento del cáncer terminal que padece, es cuestión de horas. Sin embargo, la cruda realidad es diferente y, a pocas horas de dichas tomas, las circunstancias los obligaron a interrumpir abruptamente la larga estadía de Chávez en Cuba y, entre gallos y media noche, en medio del más absoluto secretismo y como si de una incómoda mercancía de contrabando se tratara, decidan devolverlo vivo o embalsamado a su país, de donde nunca debió haber salido. Entretanto, el problema ya no radica en la salud del micomandante y menos en su eventual deceso. El drama se concentra en la ausencia de un Estado de derecho; en la violencia; en la inseguridad; y en el vacío de poder que ha hecho metástasis en todos los organismos estatales venezolanos, generando una espantosa crisis económica que ha obligado a las autoridades del sector a asumir medidas devaluatorias del bolívar que, a su vez están sumiendo al país en una espiral inflacionaria sin precedentes, con la consiguiente escasez de productos de primera necesidad.Lo que es difícil esconder es la vergüenza que debe soportar el noble pueblo venezolano, expuesto a una sarta de embusteros que diariamente lo engaña y le miente, para lo cual han montado un sainete sobre el real estado de la salud de su Jefe de Estado, sujeto a ese periplo médico. ¡Que habló; que no habló; que rió; que cantó; y hasta que hace fisioterapia como afirmó S.E.; que jura y no jura, y un largo etcétera.Lo único indiscutible y rescatable que logró este equipo de plagiarios de la isla comunista, y digna de aparecer en el record de fenómenos y milagros del Vaticano, es la inexplicable conversión al cristianismo experimentada por todos aquellos ateos que adversaban la religión, tanto en Cuba, como en Venezuela y que hoy se la pasan besando crucifijos y portando vírgenes a diestra y siniestra. Este es al menos, un prodigio que el día de mañana podría justificar este secuestro sui generis.