El Tratado del 3 de junio de 1929 y su protocolo complementario


Ismael Schabib Montero*SCHABIBEl Protocolo Complementario del Tratado firmado por Chile y Perú el 3 de junio de 1929, en su Artículo Primero establece “Los gobiernos del Perú y de Chile, no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia, la totalidad o parte de los territorios que, de conformidad al Tratado de esta misma fecha, quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán, sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales”.Es importante tomar en cuenta que como resultado de una guerra internacional, el país o países en conflicto asumen una actitud muy diferente. Los que ganaron, aumentan su orgullo y prestigio y los que perdieron son invadidos por la amargura y sentimientos de revancha.Como se lo pudo percibir nítidamente en las negociaciones que se hicieron entre los gobiernos de Bolivia y Chile en la década de los 70s, entre los generales Banzer y Pinochet, la postura del Perú fue uno de los factores que echó por tierra el resultado de las negociaciones, aparte del espinoso tema de la compensación territorial; el Perú hizo una contrapropuesta que consistía en internacionalizar el Puerto de Arica, algo muy diferente al objetivo boliviano de conseguir una franja con continuidad territorial con soberanía hasta el Norte de esa ciudad.Estamos convencidos que esta tesis, de la franja territorial con soberanía y continuidad territorial, es la mejor propuesta pragmática, pero su gran talón de Aquiles es el Artículo 1 de del Protocolo del Tratado mencionado. Ese Artículo le concede al Perú un derecho (poder) que lo maneja a su legítima conveniencia en su interacción con el País que le ganó la guerra, invadió su capital y su ejército cometió los crímenes más horrendos con su población y, con el país, que según su opinión, no fue un aliado leal.Este es un factor que, aparentemente, no está siendo valorado por los diplomáticos de todos los gobiernos bolivianos cuando se trata de establecer una negociación con Chile que nos lleve a conseguir nuestro objetivo. Los bolivianos deberíamos hacer una real empatía con la posición peruana. Este Artículo podría ser un paliativo al dolor de la herida infringida al orgullo nacional peruano. Ceder este derecho para el Perú podría significar perder otra batalla en esa guerra.Esta realidad podría causarnos una situación en la que se siga dando largas al asunto indefinidamente; tal vez deberíamos entrar a un escenario en el que Bolivia y Chile dependan de sus propia voluntad y optar por negociar puertos en situación de enclaves bolivianos soberanos en territorio que fue nuestro, conectados a nuestro territorio por carreteras modernas que de ninguna manera representarían la división del territorio chileno, porque las carreteras no dividen, integran.A esta posibilidad, sin embargo, resultaría imprescindible sumarle la idea propuesta por los visionarios que redactaron “El Memorándum de Santa Cruz de 1904”. Integrar al Atlántico el Oriente de Bolivia a través de nuestros ríos sería tan importante como integrar al Pacífico el Occidente. Nos referimos concretamente a Puerto “Busch” y la hidrovía Madera-Amazonas. Estas negociaciones, deberían ser encaradas siempre por profesionales calificados y no por aprendices de brujo que interpreten los Tratados Internacionales en hojas de coca.*Vicealmirante de la República de Bolivia